Sinistra.
—Sólo les pido que consideren levantarme el castigo —le dije al Consejo, haciendo un esfuerzo enorme por no alterarme—. Ha pasado mucho tiempo desde que fui una misión.
—Y eso fue consecuencia de tus propios actos ¿Debo recordártelo? —me preguntó el Comandante el jefe.
—No, estoy consciente de lo que hice pero...
— ¿Pero? No hay nada que lo justifique. Trataste de infiltrarte en el lado oscuro, desobedeciendo órdenes directas.
—Te pusiste en peligro, Sinistra —contribuyó Errai; y su mirada llena de decepción me avergonzaron más que los regaños de Iotos.
—Sé que fue imprudente y que puse en riesgo muchas cosas —pero no me arrepiento; pensé—. Me disculpo por mis acciones, he aprendido la lección. Ahora... los Oscuros están alerta con la llegada de Denébola y Deneb y necesitan muchos Luz para pelear. Yo soy la mejor de esta Academia.
—Hay más que pueden ir a pelear y obedecer órdenes.
Desvié la mirada con brusquedad para que ellos no vieran cuán frustrada estaba; tenía ganas de golpear algo y hacerlo pedazos. Ross estaba esperando a un lado, como la mayoría de veces guardó silencio, pero cuando vi que se adelantó supe que iba a salvarme, como siempre lo hacía.
—Solicito permiso para hablar, Comandantes —se paró a mi lado y, una vez que le dieron el permiso, habló—. Sé que lo que hizo Sinistra no fue correcto y que ustedes son los mejores para juzgar la gravedad y, por lo tanto, imponer un castigo acorde a la infracción. Pero considero que ha sido demasiado tiempo el que se le ha impuesto. Mi sugerencia, como capitán de Sinistra, es que se levante su castigo y que se le vuelva a mandar a misiones como al resto de mi escuadrón. Estoy seguro que no volverá a infringir las reglas y estará a mi cargo si es así.
— ¿Cómo estás tan seguro de que no volverá a infringir las reglas, Ross? —le preguntó el Comandante en jefe.
A mí también me daba curiosidad su respuesta.
—Porque esta vez, asumiré el castigo con ella.
—No, eso no —protesté.
Ross me dio una mirada de advertencia y se la sostuve sin miedo.
— ¿Estarías dispuesto a dejar tu puesto de capitán si Sinistra comete otra falta?
—Eso no será necesario, Señor, porque Sinistra no volverá a infringir la ley —respondió Ross con el pecho inflado.
Era tierna la fe que me tenía, pero no quería decepcionarlo cuando volviera a hacer alguna locura y, mucho menos, quería que pagara por mi culpa.
—Lo siento, no acepto ese acuerdo, Comandante —dije, ignorando la mirada de Ross—. No quiero comprometer a mi capitán.
—Toma eso o déjalo —sentenció Iotos.
—Pues entonces... —Ross tapó mi boca con la suya y no me dejó hablar para decir: no.
—Ella acepta —contestó por mí.
Mordí su mano, lo empujé lejos, pero Ross no se movió.
Me rendí y crucé los brazos sobre mi pecho, aún con su mano encima de mi boca. Maldita sea, no importaba cuánto me entrenara, Ross siempre era más fuerte que yo.
—Está hecho. Sinistra es tu responsabilidad, Ross —dijo Errai—. Ahora, los dos salgan de aquí.
La mirada de Ross en ese momento decía: ¿Sales sola o te llevo? Así que levanté las manos a modo de rendición, a diferencia de lo que los demás creían, sabía cuando perdía una batalla.

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Cygni.
FantasíaEllos son hermanos y parece que lo tienen todo en la vida, no les hace falta nada, son adolescentes que van a partidos y fiestas con amigos. Excepto... que no son como los demás. Denébola y Deneb tienen un secreto que han escondido toda su vida con...