Dieciséis; Pensamientos

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—¡Blair! —El chillido de mi representante me devolvió a la realidad.

Parpadeé varias veces, algo aturdida y le miré. Se encontraba a mi lado, mirándome con una expresión para nada amigable.

—P-perdón, ¿qué decías?

Él soltó un fuerte suspiro y se recostó sobre su asiento.

—Nos tomaremos un descanso de diez minutos, chicos —informó a nuestro equipo.

Todos empezaron a levantarse, sin decir nada más, y salieron de aquella sala. Yo quise hacer lo mismo, pero la mano de Rick sobre mi brazo me detuvo.

—Tú te quedas aquí.

Lentamente volví a sentarme y le miré curiosa.

—¿Qué pasa? —Fruncí el ceño.

—Eso quiero saber yo, ¿qué te pasa? —Se giró hacia mí.

—¿A mí? —Me señalé—. Nada. —Agité la cabeza.

—A mí no me engañas. Llevas toda la reunión en tu propio mundo —Me reprendió—, de hecho llevas así desde hace un par de semanas.

Tragué saliva y agaché la cabeza hacia la mesa antes de volver a mirarle, con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.

—No es nada Rick —Agité la cabeza—. Son solo nervios, queda menos de un mes para que salga el disco y ahora estamos liados con todos los preparativos y eso... —Señalé los lugares donde antes se encontraban sentados los miembros de nuestro equipo.

Mi representante me miró con una ceja alzada, totalmente incrédulo.

—¿Me ves cara de tonto? —Señaló su rostro—. ¿De verdad esperas que me crea eso?

—Es la verdad. —Me encogí de hombros.

—Ya... —Se cruzó de brazos— Entonces Justin no tiene nada que ver con todo esto, ¿no?

Mi cuerpo se tensó en cuanto escuché su nombre salir de sus labios, pero traté de disimularlo.

—¿Por qué tendría que ver con él?

—No sé... quizás porque no quisiste grabar la canción con él o porque en la gala de Pencils Of Promise apenas os mirasteis a la cara y la tensión se podía cortar con un cuchillo.

De repente el color de mi pintauñas pareció la cosa más interesante del mundo porque no pude apartar la vista de mis manos, situadas sobre mi regazo, para mirar a Rick a la cara.

—Blair, ¿qué ha pasado? —Insistió.

—¿Qué más da, Rick? —Al fin me atreví a alzar la cabeza y mirarle—. Querías que me alejase de él y es lo que he hecho, fin de la historia.

Me levanté de mi asiento y me dirigí hacia el gran ventanal que había a mis espaldas. Desde allí pude observar la enorme ciudad de Los Ángeles a mis pies. Segundos después noté como mi representante se ponía a mi lado, mirando hacia la ciudad también, pero le ignoré.

—Algo ha tenido que pasar para que hayas terminado haciéndome caso, ambos sabemos lo poco que te gusta obedecerme —bromeó, para intentar acabar con la tensión que había en el aire.

Una leve sonrisa se abrió paso entre mis labios, aunque quizás pareció más bien una mueca.

—Que me he quemado —Giré la cabeza para mirarle—. Jugamos con fuego y terminamos quemándonos.

Miré a mi representante, esperando alguna reprimenda o algo del estilo "te lo dije", pero nada de eso sucedió.

—Iré a por un café, ¿quieres uno? —preguntó mientras empezaba a dirigirse hacia la puerta.

Teenage Dream • jb [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora