Cincuenta y cuatro; Encantada

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1 de febrero
Columbus

Solté un fuerte suspiro mirando las diferentes prendas que había colocado sobre la cama, sin acabar de decidirme por lo que me pondría aquella noche.

Habíamos llegado hoy a Columbus y, tras una cena, varios de nosotros saldríamos de fiesta a un club.

Mi móvil sonó en mi mano y comprobé aliviada que se trataba de Liv que me estaba llamando. Le había enviado fotos de la ropa para que me ayudase a decidir porque no faltaba mucho para que tuviese que irme.

—Hola. —La saludé nada más descolgar.

—Aquí está tu gran salvadora.

—Vaya, que modesta... —comenté sarcásticamente.

—Solo digo la verdad.

—Bueno, gran salvadora. ¿Qué debería ponerme?

—Me gustan mucho los pantalones cortos negros, te hacen buen culo —dijo haciéndome reír—. Además, si llevas los largos quizás luego tengas calor en el club.

—En eso tienes razón —Asentí apartando la prenda—. Y en la parte de arriba me podría poner la blusa blanca algo remangada, ¿no?

—Sí, pero yo le añadiría un detalle que hará que Justin se caiga de culo.

—¿El qué? —pregunté curiosa.

—Mira como le interesa... —Me la pude imaginar sonriendo pícara— Mañana espero una llamada de agradecimiento por lo bien que te lo vas a pasar esta noche.

Negué con la cabeza mordiendo mi labio.

—Anda, dime qué se te ha ocurrido.

—¿Recuerdas ese sujetador de encaje negro y sin aros que te compraste cuando estuvimos en Houston?

—Sí, claro. —Asentí.

Aquel día no me había comprado demasiadas cosas así que no me era difícil recordarlo.

—Pues póntelo y encima la blusa, pero déjala desabrochada, para que se vea el sujetador, ¿sabes?

—Hmmm... Me gusta. —Sonreí.

—Y más que le va a gustar a Justin, ya verás, ya verás...

—Sabes que cuando me visto no lo hago pensando en impresionarle, ¿verdad? —Alcé una ceja.

—Claro, para eso tendrías que desvestirte más bien. —Rió.

—Anda, te dejo que tengo que terminar de prepararme.

—Está bien, disfruta de la noche —dijo lo último en tono pícaro.

—Adiós. —Me despedí entre risas.

Dejé el teléfono a un lado de la cama y abrí mi maleta para empezar a buscar aquel sujetador que había dicho Liv. Me costó un poco dar con él, pero finalmente lo encontré y me di cuenta de que ni siquiera lo había estrenado.

Sin querer perder más el tiempo me deshice de la toalla que cubría mi cuerpo desde que había salido de la ducha y la dejé caer al suelo para vestirme con la ropa que mi mejor amiga había dicho.

Me dirigí hacia el baño para poder mirarme bien el espejo y acomodar bien la blusa, la cual había metido por debajo de los pantalones.

Cuando quedé satisfecha con el resultado empecé a maquillarme, resaltando mis ojos y maquillando mis labios con un discreto color rosa. Por último alisé bien mi pelo.

Rápidamente me coloqué mis zapatos —unos simples negros de tacón— y guardé todas mis cosas en un pequeño bolso.

Habíamos quedado todos abajo, en la recepción, así que cuando estuve completamente lista salí de la habitación. Mientras cerraba la puerta me pareció escuchar voces conocidas y al girarme para dirigirme a los ascensores pude ver a Justin hablando con Nick frente a éstos.

Teenage Dream • jb [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora