Teenage Dream • jb [1]

Treinta y nueve; Photoshoot

El molesto sonido de un teléfono sonando nos despertó.

Escuché a Justin soltar un gruñido en mi oreja y poco después sus brazos abandonaron mi cintura.

—¿Diga? —Su voz sonó adormilada— Ummm sí, sí gracias. Ehhh... ¿podrían traerme un desayuno para dos?... Muchas gracias —dijo antes de colgar.

Sus brazos volvieron a envolverme, pero esta vez yo me giré para estar frente a él.

—¿De verdad nos tenemos que levantar? —Me quejé abriendo los ojos. Estaba muy a gusto allí, con él.

—Créeme, yo tampoco tengo ganas —Me apretó más a su cuerpo. Yo sonreí por su gesto y deposité un beso en su cuello—. ¿Seguro que tienes que irte hoy? ¿No puedes quedarte un día más aquí? —murmuró.

Mi corazón se aceleró un poco al escuchar aquellas palabras y recé por que él no se diese cuenta.

—Mañana tengo concierto —Le expliqué apartando mi cabeza de su cuello para poder mirarle—. Pero piensa que volvemos a vernos en menos de un mes. —Le recordé pasando una mano por su mejilla y él sonrió.

—Que ganas de que te unas a la gira y poder tenerte toda para mí.

De nuevo mis pulsaciones se aceleraron y decidí salir de la situación bromeando.

—Oye, que también pienso socializar con el resto del equipo.

—Pero socializar conmigo es mucho más divertido, ¿no? —Sonrió contra mi boca.

—Es que tú y yo socializamos de una forma algo distinta. —Sonreí yo también.

Justin terminó con la poca distancia que separaba nuestros labios y los unió en un beso lento. Cuando nuestras lenguas se encontraron bajó sus manos hasta mi trasero y lo agarró para poder sujetarme cuando dio la vuelta, quedando yo encima de él. Poco después rompí el beso, en busca de aire.

—Me encanta socializar contigo —dijo haciéndome reír.

—A mi también pero... —Acaricié su pecho— tenemos que levantarnos.

—Lo sé —Asintió—. Si quieres puedes ducharte aquí y luego desayunamos. He pedido desayuno para los dos. —Me propuso dejando leves caricias en mi espalda.

—En realidad... necesito que me hagas un favor.

—¿Uno indecente? —Sonrió pícaro, ganándose un leve guantazo en la cara.

—No, idiota. Necesito que me dejes unos calzoncillos o algo porque a alguien se le ocurrió anoche romperme la ropa interior —Le miré acusatoriamente haciéndole reír— y no quiero ponerme los pantalones sin nada debajo.

—Está bien, te dejo lo que quieras... —Sonreí— pero, quiero algo a cambio.

—¿Qué quieres? —pregunté, sabiendo ya por donde irían los tiros.

—A ti —Besó mi mandíbula—, conmigo —Esta vez sus labios se posaron en la comisura de los míos—, en la ducha. —Me besó.

—Hmm... ¿por qué no me sorprende? —Sonreí.

—Es que... tenemos que celebrar que ahora vayas a ser mi telonera.

—¿No lo hicimos ayer ya? —Le miré divertida.

—Pues lo celebramos una vez más y de paso nos despedimos por todo lo alto.

Reí por su comentario y me lo quedé mirando, mientras él esperaba alguna respuesta por mi parte.