Cuarenta y ocho; Tú y yo

7.4K 411 398
                                    

—Justin, espera. —Le dije mientras recorríamos uno de los pasillos del hotel.

—¿Qué? —Detuvo su paso acelerado.

—¿Qué pasa con nuestros guardaespaldas? Se van a preocupar.

Metió la mano en el bolsillo interior de su americana y sacó su teléfono. Le vi teclear algo antes de volver a guardarlo.

—Solucionado. Le he dicho que nos hemos ido porque no me encontraba muy bien. —Se encogió de hombros.

—Eres increíble. —Negué con la cabeza sonriendo.

—Me lo suelen decir mucho.

Volvió a tomar mi mano y reemprendimos nuestro camino.

—¿No piensas decirme a dónde vamos? —Le pregunté tras haber cruzado la recepción, que se encontraba totalmente desierta.

—Ahora lo verás. —Sonrió y llamó a uno de los ascensores.

A decir verdad, me daba un poco de cosa andar por el hotel cuando se encontraba tan solitario. Parecía que hasta los empleados habían desaparecido para celebrar la llegada del nuevo año.

En cuanto el ascensor llegó ambos subimos a éste y vi como Justin presionaba el botón de la segunda planta. Al menos no serían once como antes.

Cuando el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron salimos de éste y Justin me miró sonriente al empezar a andar.

—¿Te acuerdas de lo que te he dicho antes sobre la piscina?

—Sí, pero... ¿qué hacemos aquí? —Fruncí el ceño sin acabar de comprenderlo.

—En las piscinas de abajo hay gente de fiesta, pero aquí... no hay nadie.

Se plantó frente a una puerta de cristal.

—¿El spa? —Fruncí el ceño—. Justin, esto debe estar cerrado.

Con una facilidad increíble empujó la puerta y ésta se abrió sin más.

—Digamos que ayer además de componer también estuve dando una vuelta por aquí.

—No sé Justin... —Mordí mi labio— Se supone que no deberíamos estar aquí.

—Oh, vamos... ¿Te vas a arrepentir ahora? —Alzó una ceja.

—Tampoco tenemos bañador.

Él rodó los ojos.

—¿De verdad me estás diciendo que eso es un problema para nosotros?

—Está bien —Suspiré aceptando—, pero como nos pillen...

—Tú tranquila. —Tiró de mi brazo y me hizo entrar al spa.

Nada más entrar había una pequeña piscina, pero Justin pasó de largo y me dirigió —a tientas ya que las únicas luces que había eran las de esa piscina y dos más pequeñas que parecían jacuzzis— hacia otra zona donde subimos unas escaleras y llegamos a una piscina circular.

—Aquí es imposible que nos vean —dijo antes de quitarse la americana y empezar a desabrocharse la camisa.

—Las cosas que me haces hacer. —Negué con la cabeza y él rió.

Llevé mis manos hacia el cierre de mi cuello y en cuanto lo desabroché la parte de arriba cayó hacia delante, dejando al descubierto mi sujetador negro con detalles en encaje rojo a juego con la parte inferior. Pude sentir la mirada de Justin sobre mí mientras terminaba de quitarme el vestido y los zapatos.

Teenage Dream • jb [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora