Veinticuatro; Runyon Canyon

10.2K 395 189
                                    

Solté un quejido cuando un rayo de sol impactó contra mi rostro, consiguiendo despertarme. Probé con cubrirme con la sábana, pero no sirvió de demasiado. Así que finalmente me incorporé soltando un gruñido. Al hacerlo me di cuenta de que me encontraba sola en la cama. Miré a mi alrededor y no había ni rastro de Justin, tampoco se escuchaba el ruido de la ducha. Sin embargo, al afinar el oído me pareció escuchar música.

Curiosa, salí de la cama —no sin antes haberme puesto la parte inferior de mi ropa interior y la camiseta de Justin— y me dirigí hacia el pasillo. La música sonó con más fuerza desde allí y pude descubrir que procedía del final de éste. Así que me dirigí hacia allí y me fijé en que había una puerta entreabierta, fruncí el ceño ya que no recordaba que Justin me la hubiese enseñado. Sin pensármelo mucho más la abrí y me asomé por ésta, quedando sorprendida. Era una especie de estudio pequeño; había varios instrumentos, un micrófono, altavoces y un ordenador.

Justin estaba de espaldas a mi, concentrado en el teclado que tenía delante. Reprimí las ganas de decir algo y entré sigilosamente, sentándome en un diván que había allí escuchando la melodía que estaba creando.

—Suena bien —hablé finalmente cuando dejó de tocar.

Él se giró algo sobresaltado, pero se relajó al verme.

—No sabía que estabas ya despierta.

—Acabo de hacerlo. —Pasé una mano por mi pelo.

Él desplazó la silla con ruedas en la que se encontraba hasta colocarse frente a mí.

—Se te ve en la cara. —Se burló.

—¿Tú hace mucho que estás despierto?

—Un par de horas. —Esbozó una mueca.

—¿Un par de horas? —Abrí los ojos exageradamente—. Pero, ¿qué hora es?

—Casi la una. —Rió.

—Vaya... —murmuré— Lo siento.

—¿Por qué? —Frunció el ceño.

—Por dormir tanto —Mordí mi labio—. Podrías haberme despertado o algo.

Él agitó la cabeza.

—No importa, parecías cansada anoche. Te quedaste dormida antes de que volviese del baño. —Sonrió.

—Sí que estaba cansada, sí —Asentí—. Ayer fue un día agotador.

—Claro y después de lo de anoche... —Una sonrisa arrogante tiró de sus labios.

Yo negué con la cabeza también sonriendo y aparté la mirada, observando la sala.

—No me enseñaste esto cuando me hiciste el tour por tu casa. —Le miré divertida, alzando una ceja.

—Tenía otras prioridades en ese momento.

—Ya, empezar por lo bueno y disfrutar más, ¿no? —Ladeé la cabeza.

—Exacto. —Sonrió ampliamente.

Me levanté de dónde estaba sentada y empecé a pasearme por la habitación bajo la atenta mirada de Justin. No tardé demasiado en recorrerla ya que no era muy grande.

—Así que este es el tesoro más preciado de Justin Bieber —murmuré colocándome frente a su portátil—, aquí debes guardar todas tus canciones —Le miré por encima del hombro y él asintió—. Debes tener muchísimas.

—La verdad es que sí —Rió—. Puede que algún día te las enseñe.

—Vaya, que gran honor. —Me giré por completo hacia él, apoyándome contra la mesa.

Teenage Dream • jb [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora