Treinta y siete; Nueva York

9.3K 408 533
                                    

11 de noviembre

Nueva York

—Entonces, ¿todavía no le has visto? —preguntó mi amiga a través de los altavoces de mi teléfono.

—No —contesté mientras aplicaba algo de máscara a mis pestañas—. Scooter le comentó a Rick en el concierto de ayer que llegaría por la noche, bastante tarde. Así que supongo que ahora estará descansando. —Me encogí de hombros.

—¿Te imaginas que ahora sales de tu habitación y te lo encuentras? —bromeó mi amiga riendo.

—Mira, como pase de verdad... —Suspiré.

Habían pasado dos semanas desde la última vez que Justin y yo habíamos hablado o bueno, más bien discutido. En ese tiempo habían aparecido nuevos rumores amorosos o de líos de una sola noche por parte de ambos; se había visto a Justin con chicas y, no iba a mentir, a mí también se me había acercado alguno, aunque con ninguno había sobrepasado el tonteo, sobretodo porque desde lo que había pasado con Tyler era mucho más cauta. Había intentado ignorar lo máximo posible lo que se decía de Justin, aunque aquello me fue imposible cuando Lexia apareció en escena.

Ahora ambos estábamos en Nueva York. Por suerte, ayer solo había venido Scooter a mi concierto porque Justin aún no había llegado, aunque tampoco sabía si él habría querido venir; sin embargo, me quedaban tres días más en la ciudad y hoy iríamos al Madison Square Garden a ver los ensayos —invitados por Scooter— y mañana asistiríamos al concierto, lo que quería decir que le iba a ver sí o sí.

—¿Y cómo actuarás?

—No tengo ni idea, Liv —Rebusqué en mi estuche de maquillaje hasta dar con un pintalabios en un tono nude—. Hace dos semanas que no nos hablamos.

—Ya... —La escuché murmurar mientras me aplicaba el pintalabios— ¿Sigues ahí? —preguntó segundos después.

—Sí, sí —Me apresuré a contestar—. Estoy acabando de maquillarme.

—Ah, vale —De nuevo guardó silencio por unos segundos—. Pero a ver que me quede algo claro, ¿seguís teniendo vuestra cosa rara?

—Supongo que sí, ninguno de los dos dijo nada sobre eso —Fruncí el ceño mientras lo recogía todo—. Es como si tu discutes con Dan, eso no quiere decir que cortéis, ¿no? —Un silencio prosiguió a mis palabras y miré extrañada hacia mi teléfono—. ¿Liv?

—¿Eh? Oh, sí, sí... perdona, es que aún estoy algo dormida.

Entonces caí en algo.

—Liv... Aquí no son ni las once y media de la mañana, por lo tanto en Los Ángeles no son ni las ocho y media. ¿Qué haces despierta tan temprano un domingo?

—Es que no podía dormir.

—¿Todo bien? —Fruncí el ceño.

—Sí, sí... —Suspiró— Es que anoche vimos una película de miedo y he tenido una pesadilla y ya no he podido dormirme de nuevo.

—Oh, pues abrázate a Dan —bromeé.

—Sí, lo intentaré. —Rió un poco.

—Tengo que irme ya —Esbocé una mueca—. ¿Me deseas suerte?

—Suerte, espero que Justin y tú solucionéis vuestros problemas con un polvo en su camerino.

Yo reí ante su ocurrencia.

—Mucho tendría que cambiar la cosa para que acabásemos así —aseguré—. ¿Hablamos más tarde?

—Claro, hasta luego. —Se despidió.

Teenage Dream • jb [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora