Teenage Dream • jb [1]

Cuarenta y tres; Mi chica

Justin's POV:

Entré al estadio siendo acompañado por Mikey y Evert y no tardé demasiado tiempo en topar con mi coreógrafo que me miró algo sorprendido.

—¿Te has saltado los ensayos de esta mañana para ir a la peluquería? —preguntó divertido.

—Me apetecía un cambio —Me encogí de hombros—. Además, aún así no habría venido a los ensayos —admití.

Tenía algo mucho más interesante a mi lado en la cama.

—Vaya —Se cruzó de brazos—, pensaba que te habría gustado ver a cierta persona ensayar, aunque público tampoco le ha faltado. —Sonrió al ver mi ceño fruncido.

—¿De qué hablas?

—Nada —Se encogió de hombros y dio un par de golpes en mi pecho—. Nos vemos luego. —Se despidió antes de retomar su camino.

Le observé alejarse algo confundido, pero rápidamente agité la cabeza y seguí mi camino hasta detenerme en una puerta con el nombre de Blair escrito en ella.

—Chicos, podéis iros. —Hice un gesto a mis guardaespaldas y ellos asintieron antes de marcharse por el pasillo mientras charlaban.

Cuando estaban ya a un distancia prudente llamé a la puerta.

—¿Si? —preguntó ella desde el interior.

—Soy Justin. ¿Estás visible? —pregunté pícaro.

—¿Qué pasa si digo que no? —Ahora su voz se escuchaba más cerca.

—Que me estarás dando un buen motivo para entrar —bromeé haciéndola reír.

—Anda, entra. —Abrió la puerta y en cuanto me vio borró su sonrisa.

—¿Qué pasa? —pregunté divertido cerrando la puerta tras de mí.

—Te has rapado. —Sonrió mirando mi pelo ahora extremadamente corto.

—Oh, sí —Pasé una mano por mi cabeza—. Me apetecía un cambio, ¿te gusta?

Mordió su labio y asintió, llevando una de sus manos a mi nuca.

—Estás muy guapo —murmuró cuando la acerqué un poco a mi cuerpo, sujetándola por la cintura.

—Lo sé. —Sonreí arrogante.

—Oh, tu querido ego... empezaba a echarlo de menos —comentó sarcásticamente.

—No te engañes, echabas de menos todo de mí.

—Ya, será eso... —Trató de apartarse de mí, pero la retuve con más fuerza.

—Oye, oye... que yo venía a reclamar algo.

—Ah, ¿sí? ¿El qué? —Quiso hacerse la tonta.

—Mis buenos días.

—Llegas tarde, son más de las tres. —Sonrió ladeando la cabeza.

—Pues mis buenas tardes. —Me encogí de hombros.

—Yo no te he dicho nada sobre las buenas tardes.

—Pues ya lo digo yo.

Antes de que pudiese volver a abrir la boca la sujeté por la nuca y la atraje hacia mí para besarla. Noté como sonrió sobre mi boca y subió sus manos hasta mi cuello para rodearlo y atraerme más hacia ella. Al apartarnos agarró mi labio inferior entre sus dientes y tiró de él.

—¿Estás contento ya? —Alzó una ceja.

—Estaré más contento si también me das las buenas noches. —Sonreí de medio lado y ahuequé su trasero entre mis manos.