Sesenta y cinco; Segunda cita

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Un rayo de sol entró directo a través de los cristales de la puerta que daba a la terraza e impactó de lleno en mi rostro, consiguiendo despertarme.

Solté un gruñido molesta e intenté cubrirme con las sábanas, pero de poco sirvió aquello porque al fin y al cabo ya estaba despierta. Pero bueno, aunque yo no pudiese dormir podía abrazarme a Justin hasta que él despertase, ¿no?

Me giré en la cama, esperando encontrar su cuerpo junto al mío, sin embargo su lado se encontraba vacío. Frunciendo el ceño dirigí mi vista hacia el baño, pero éste se encontraba también vacío. Tampoco se escuchaba ningún ruido en la casa.

—¿Dónde narices se ha metido? —murmuré para mí misma.

Y como si él hubiese escuchado mi pregunta entró a la habitación vistiendo una camiseta color gris y unos pantalones de baloncesto negros. Venía algo sudado.

—Hey, ¿te has despertado ya? —preguntó posando su vista sobre mí.

Yo asentí y me incorporé un poco, aferrando las sábanas a mi pecho.

—¿A dónde has ido? —Le pregunté extrañada mientras él se acercaba a mí.

—A hacer ejercicio. —Se sentó a mi lado y se acercó a mí para besar mis labios rápidamente.

—¿Ejercicio? ¿Te has levantado con energía? —Le pregunté divertida.

—He madrugado y he pensado en aprovechar el tiempo. —Se encogió de hombros sonriente.

Yo también sonreía, pero poco a poco lo fui dejando de hacer y llevé una mano a su mejilla.

—Pareces cansado.

—Acabo de hacer ejercicio, es normal.

—No me refiero a eso —Pasé mi pulgar por la leve sombra que se podría apreciar bajo sus ojos—. ¿No puedes dormir bien? —Le pregunté algo preocupada.

Ya me había dado cuenta de ello ayer, pero en cuanto saqué el tema él lo esquivó.

—Es el cansancio acumulado por la gira, no te preocupes. —Negó con la cabeza.

—¿Seguro? —pregunté no muy convencida.

—Claro —Asintió—. Pero, ¿sabes qué me haría sentir mejor?

—¿Qué? —Deslicé mi mano hasta su cuello.

—Una ducha. —Sonrió acercándose a mí.

Una sonrisa tiró de mis labios contagiada por él y miré de reojo hacia el baño.

—Pues ahí tienes la ducha. —Se la señalé con la cabeza.

—Ya la veo, ya... —Se levantó— Pero me falta algo.

—¿El qué?

—Tú.

De un simple movimiento se deshizo de la sábana que cubría mi cuerpo y me alzó en volandas haciéndome reír.

Me dejó sobre el lavamanos mientras él se desnudaba y cuando terminó me ayudó a bajar para adentrarnos los dos en la ducha.

—¿Es que necesitas ayuda para ducharte? —Le pregunté divertida.

—Necesito ayuda con otro asunto. —Se acercó a mí, acorralándome contra la pared.

—Ah, ¿sí? —Alcé una ceja.

—Sí. —Asintió juntando su rostro con el mío.

Justo antes de que juntase sus labios con los míos abrí el grifo y me aparté rápidamente, de forma que la cascada de agua cayó sobre Justin y yo me libré de ella. No pude evitar reír al ver la cara de idiota que se le había quedado a Justin.

Teenage Dream • jb [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora