Miércoles.
Ya tenía a los clientes en mis bolsillos. Me sentía genial conmigo misma pues recibir elogios aumentaba mucho más mi ego si es que eso es posible, no puedo estar más contenta.
Debo admitir que ahora me cae un poco mejor Calem, estaba algo molesto porque es un machista y obviamente que una mujer llegue a su territorio no le agradó para nada, pero al final resolvimos nuestros problemas y podemos decir que nos llevamos mejor.
Laden es un chico serio pero por lo que veo es muy apasionado, cuando habla de sus tatuajes lo hace con un brillo en los ojos que me deja anonadada. Me agrada encontrar a alguien como él con el que puedas hablar de las cosas que nos gustan sin ningún tipo de problema.
A mi jefe no lo veo mucho pero hasta ahora me ha tratado bien. Hoy me felicitó ya que la última cliente que me tocó hablo maravillas sobre la atención que recibió de mi parte, además del tatuaje le quedo fantástico.
Me gusta mucho como son las cosas aquí, pero la verdad extraño mi cabina en Los Ángeles.
Los siguientes días pasaron de una manera veloz que ni yo misma me creí, era viernes, mi último día aquí.
—Me vas a extrañar idiota —Dije molestando a Calem con el cual las cosas marchaban estupendamente bien.
—Sigue soñando pelirosa, sigue soñando.
Reí sin poder evitarlo y fui por una lata de refresco, aquí no había café así que me tuve que acostumbrar con esto.
—La tienda quedará vacía cuando te vayas.
Volteé en dirección a la voz. No me sorprendió ver a Laden recostado en el marco de su puerta, siempre se encontraba ahí.
Me encogí de hombros y camine hasta él.
—Creo que sobrevivirán sin mí.
Laden me parecía la clase de chico perfecto para mí, creo que hasta me gustaba de alguna manera. Es serio, apuesto y sobre todo me entiende mejor sobre el amor que tengo por tatuar. Me estuve fijando más en él estos últimos días, como su cabello rubio siempre se encuentra revuelto por las mañanas o de los tatuajes de sus brazos, pero por alguna razón no llegaba a gustarme como desearía.
—Debemos contratar a una chica nueva —Dice en tono burlón.
— ¡Ni se les ocurra! —Digo indignada—. Ninguna puede venir a reemplazarme. ¡A usurpar mi lugar!
Él se rio, su risa era dulce para un chico tan serio como él.
—Es una broma —Dice acercándose más, lo miro a esos ojos verdes—. Eres irremplazable.
Tal vez no me gustaba como alguien que sabía muy bien, pero sigo siendo mujer y no puedo evitar sentirme atraída.
—Eso espero —Digo mirando sus labios y luego levanto la vista a sus ojos.
Me relamo los labios para que entienda mi indirecta, una sonrisa se extiende en sus labios. Se acerca para acortar la distancia y me siento ansiosa.
— ¡Pelirrosa! El jefe te llama.
Doy un paso atrás por el susto y veo como Laden maldice en voz baja, me acerco y palmeo su pecho.
—Creo que será la próxima.
Me alejo de él con una sonrisa y voy derecho a la oficina de mi jefe.
Está sentado en su silla, tiene los codos en su escritorio y al verme su rostro se ilumina con una sonrisa sincera.
— ¡Lancaster! Debo decir que no quiero que vuelvas a Los Ángeles.
Me río y luego camino hasta sentarme en la silla frente a su escritorio.
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La Pasión Por EL Chocolate #1
RomanceElla es Michaela Lancaster, una de las mejores tatuadoras de Los Angeles. Él es Ryan Scott, uno de los mejores médicos de Los Angeles. Ellos dos no tienen nada en común pero luego de una apuesta nuestro querido doctor se ve forzado a tatuarse el nom...