Capítulo veinticuatro.

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Se aleja, y desordena su cabello.

Mi respiración está acelerada pero obligo a mis hormonas a calmarse.

—Es una larga historia Micha —Sus ojos se ensombrecen—. Y no me gusta recordarla.

Me siento nuevamente y arreglo mejor mi blusa.

—Ryan tengo todo el tiempo del mundo para ti —Muerdo mi labio inferior—. Puedes confiar en mí.

Él no parece convencido solo guarda silencio, me acomodo mejor porque no pienso apresurarlo. Luego de unos minutos por fin comienza a hablar.

—Me mude a New York junto con mis padres —Comienza a decir—, cuando era joven. Mi papá tiene unos negocios entre Empresas muy importantes y cuando cumplí diecinueve me obligo a casarme con la hija de uno de sus socios.

— ¿Qué?

No podía creer lo que escuchaba, ¿Pero en qué siglo creé que estamos su padre?

—Eran mierdas para que el negocio crezca... —Suelta un suspiro—. Yo... yo no quería ser Doctor, me obligo mi madre —Cada vez estoy flipando más—. Era eso o seguir el legado de mi padre. Como te decía, me obligaron a casarme, en realidad me lo dijeron un día antes de la boda, yo ni siquiera conocía a la chica con la cual iba a casarme.

Niega con la cabeza mientras baja su vista hasta las sábanas.

—Yo me negué, mierda, lo hice y solo recibí gritos de parte de mis padres así que lo hice...

— ¿Estás casado? —Pregunto espantada.

—No —Niega con la cabeza—. Ya no.

Abrí la boca pero decidí mantenerla cerrada, no quería que se callara, no ahora.

—Así que ahí estaba yo en un altar esperando a mi futura esposa, cuando entro... —Traga saliva—, me quede como un idiota mirándola. Era un mismísimo ángel, de cabello rubio, piel de porcelana y los ojos más celestes que había visto en mi vida.

No puedo evitar sentirme celosa, completamente celosa. Pero necesito saber a donde va esto.

—Nos casamos y al poco tiempo terminamos enamorados, ella era buena, tranquila, ni siquiera peleábamos. Yo iba a la Universidad mientras ella se quedaba en lo que era nuestra casa, siempre estuve adelantado aun siendo joven —Por la forma en la que habla de ella me hace dar cuenta de que le duele contar esto—. Cuando me gradué conseguí trabajo rápido... y ahí se fue todo a la mierda.

— ¿Qué paso?

—Qué ella no me amaba como yo lo hacía —Dice con tono amargo—, eso paso.

Se levanta de la cama y yo intento hacerlo pero él niega con la cabeza.

—Necesito un café, ya vuelvo.

No me deja refutar nada y termina yéndose. Pensé que volvería y contaría el resto de la historia, pero no. Solo vino y me beso de manera urgente, como si necesitara sentirme. Fue un beso que me hizo cerrar la boca debido a su profundidad, no pude apartar la mirada de él, me beso y tironeo de mi labio se me quedo mirando unos segundos más y volvió a atacar mis labios.

Deje que hiciera conmigo lo que quisiera, confiaba en Ryan. Y sabía que no me lastimaría.

***

Al lLegar a casa lo único que puedo hacer es tirarme al sofá, estoy exhausta. Digamos que Ryan me mantuvo entretenida.

Son como las diez de la noche, y saber que mañana debo ir a trabajar me hace lamentar. Quiero dormir hasta tarde pero sé que no podré hacerlo.

La Pasión Por EL Chocolate #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora