Agarro las perchas de mis armarios para aventarlas a mi cama, elijo lo más importante y tiro todo a mi maleta, no soy buena doblándola para que entre en un lugar tan pequeño, aunque al decir verdad mi maleta es enorme.Escucho unos pasos detrás de mí y sé que se trata de mi madre, volteo para verla con su pijama, se la nota cansada y al decir verdad triste, muy triste.
— ¿Segura qué estarás bien? Puedo cancelar...
—No, no canceles tu viaje... yo iré este tiempo en lo de tu Tío así que no estaré sola cielo.
—No quiero irme si tú no estás de acuerdo.
—Ya te lo dije mil veces, creo que te hará bien ir a New York. Serán aires nuevos y te hará bien después de todo. Solo que Ryan...
—Él no importa ahora, quiero ver si hablaba en serio sobre demostrarme su amor.
—Creo que se le hará difícil si no sabe qué vas a NY.
Me encojo de hombros.
—Pues deberá buscarme. Ahora ¿me ayudas a empacar?
Ella asiente, se da cuenta que no quiero hablar de Ryan y se lo agradezco. Desperté muy temprano por la mañana, tome mi mochila e iba salir del departamento de Ryan... pero... como soy un poco psicópata, solo un poco...
Tome una camisa blanca y una remera roja... ¿Qué? Su ropa siempre fue más cómoda que la mía, y no la tome porque quisiera olerla ni nada... bueno tal vez sí.
Lo guarde todo como pude en mi pequeña mochila y salí de la habitación.
Ryan se encontraba dormido en el sofá, mis manos picaban por ir a tocarlo y como soy experta en hacer estupideces no me fui. Al contrario, me puse en cuclillas frente a él mientras acaricie su mandíbula marcada, la barba que comenzaba a salir por su rostro me picaba la mano y sonreí con tristeza. Besé sus labios castamente y uní mi frente con la suya.
—Te amo tanto, pero no puedo quedarme en un lugar en donde no sé si me aman lo suficiente.
Con todo el dolor de mi corazón me levante y sin despedirme fui a mi casa. Cuando mi madre se fue guarde las prendas de Ryan en mi maleta, y como si fuera que lo hubiese llamado mi celular volvió a sonar.
Me llamó desde muy temprano pero no atendí el celular, me había enviado un mensaje donde decía que debía trabajar pero que mañana iba a tener tiempo libre para hablar.
Solo que yo ya me iba está misma tarde.
Yo no quería hablar con Ryan. Yo quiero actos, quiero que me demuestre que me ama.
Porque yo estoy segura que lo amo, hice miles de cosas para estar con él. Quiero hasta casarme con él, tener una familia... pero no puedo siquiera pensar en eso si es que él no pone de su parte.
Sé que dio un gran paso al admitir sus sentimientos, pero eso no es suficiente, tal vez antes lo sería pero ahora ya no.
Me encontraba tan rota, perdida... que las palabras ya no me servían de nada, quería actos que me demostraran su amor.
Pero también necesitaba irme, por eso hable con el Señor Both, el cual me dijo que estaba más que contento de tenerme por allá, que tenía una casa donde podría quedarme y pagar una pequeña renta si me sentía a gusto. Acepte la oferta ya que me encantaba la idea de vivir sola y pagar un Hotel no me saldría para nada barato.
—Te voy a extrañar mucho Micha, prométeme que vas a llamarme todos los días ¿de acuerdo? —Me alejo de su abrazo para sonreírle.
—No tienes ni que pedírmelo. Adiós mamá, te amo.
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La Pasión Por EL Chocolate #1
RomanceElla es Michaela Lancaster, una de las mejores tatuadoras de Los Angeles. Él es Ryan Scott, uno de los mejores médicos de Los Angeles. Ellos dos no tienen nada en común pero luego de una apuesta nuestro querido doctor se ve forzado a tatuarse el nom...