Miro el techo de la habitación de invitados completamente aburrida por lo que me levanto para comenzar a empacar. Tiro mi ropa en la maleta, todavía no aprendí a guardarla como la gente normal.
Necesito ver un tutorial en YouTube.
—Micha, hay una chica que pregunta por ti afuera.
Miro a mi tía curiosa.
—De acuerdo, creo que luego terminaré de guardar mi ropa en la maleta.
Ella se cruza de brazos y me mira con humor.
—Querrás decir que tu madre terminará empacándolo por ti.
—Me conoces muy bien —Paso por su lado besando su mejilla—. Voy a ver de quien se trata.
Camino hacia la entrada con paso despreocupado, huelo el aroma de la comida que mi madre está preparando para el almuerzo y suspiro. Extrañaba estas pequeñas cosas.
Abro la puerta y miro sorprendida a la rubia que se encuentra detrás.
—Pero mira nada más a quien tenemos aquí —Digo extrañada—. Nada más y nada menos que Ger...
—No estoy para tus bromitas —Ruedo los ojos—. Vine a hablar contigo de algo importante... algo que deberías saber.
Arrugo el ceño.
—Claro, puedes acompañarme hasta la sala.
Entra a la casa de mi tío y la guio hasta el lugar, al contrario que con mi casa, la sala está más lejos de la cocina y cualquier otra habitación por lo que tendremos la privacidad justa.
— ¿De qué quieres hablarme, Melinda?
Su actitud de perra fría parecía haberse ido, su semblante seguía siendo serio pero ahora tenía algo distinto que no sabía muy bien que era.
—Lena me conto que Maya estuvo en el departamento de Ryan ayer...
—Con que Lena te cuenta esas cosas —Debería hablar con la morena seriamente.
Hace una mueca mientras ladea con la cabeza. La miro mejor y tiene su cabello rubio en un moño impecable, lo único que tiene de maquillaje son sus labios rojos haciéndole resaltar sus ojos azules.
—Digamos que escuche su conversación, pero ese no es el punto de esto —Dice suspirando—. Tú te preocupas porque piensas que ella quiere recuperarlo pero no es así.
— ¿Ah sí? Entonces explícame lo que ella quiere de mí... de Ryan.
—Es una historia muy larga Michaela —Se aclara la garganta—. ¿Sabes que ella le fue infiel a Ryan? —Asiento con la cabeza—. Fue cuando Ryan y yo comenzamos a trabajar en este Hospital, las cosas al principio fueron difíciles, muchos turnos que nos dejaban agotados. Yo tenía que quedarme en urgencias a veces porque el personal era reducido, antes todo era un caos.
—Sigo sin comprender nada.
— ¿Podrías solo escuchar? —Asiento de mala gana—. Ryan se vivía hablando de Maya, de cuanto la extrañaba y que odiaba estar lejos de ella. Por mi parte lo entendía, en ese entonces tenía una novia también. Así que comprendía ese sentimiento.
Quiero hablar pero mejor me mantengo callada.
—Una noche salimos más temprano, Ryan tuvo una idea de invitar a salir a Maya de sorpresa. Le compro un hermoso vestido, zapatos... de todo para que esa noche luciera hermosa, y yo fui con él para peinarla y maquillarla —Ella frunce sus labios rojos—. Apenas entramos a su casa escuchamos gemidos... La cara de Ryan se descompuso por completo, Maya estaba en el sofá teniendo sexo con otra persona que no era él.
—Eso ya lo sabía...
—Y no era con cualquier tipo... era con una chica —Abro los ojos sorprendida—, la que en ese entonces era mi chica.
— ¿Maya engaño a Ryan con tu novia?
Ella hace una mueca mientras asiente.
—Fue como un dos por uno de corazones rotos, créeme ambos quedamos destrozados. Él termino divorciándose y yo termine con Natasha.
Recuesto todo mi cuerpo en el sofá chiflando, esto es demasiada información para asimilar.
— ¿Qué mierda quiere entonces? —Pregunto confundida.
—El perdón de Ryan —Vuelvo a sentarme—. La madre de Ryan lo convenció de arreglar las cosas con Maya, de perdonarla y seguir adelante... contigo. Él estaba empezando a darse cuenta de las cosas que sentía por ti pero tú —Niega con la cabeza—, le dices que lo amas y terminas asustándolo.
—Lamento que decirle mis sentimientos terminaran asustándolo.
—No confía en nadie Micha, en verdad se enamora de esa perra y el ver lo que vio termino marcándolo... tal y como hizo conmigo.
—Quiero golpearla, en realidad quería hacerlo antes y ahora ya tengo una razón justificada.
—Te digo esto porque sé que Ryan no querrá decírtelo, aunque sigue dolido con Maya... la respeta. Y no irá diciendo que es lesbiana.
—Pero no entiendo cómo puede intentar siquiera perdonarla.
—Yo tampoco, nunca volví a ver a Natasha, pero sé que sigue con Maya.
—Gracias, en serio. Esto era algo que debía saber para no comenzar a ponerme como una maldita celosa.
—Sé que la odias, yo también lo hago... pero Maya es un ángel, es demasiado buena...
—Claro, por eso lo engaño.
—Ni tu ni yo sabemos porque lo hizo, creo que eso te lo deberá decir Ryan —Se levanta—. Solo cumplí con mi deber de mejor amiga. Ryan te ama, y está destrozado por saber que la cago contigo.
—Gracias nuevamente, Melinda.
Creo que está información me hace comprender un poco más las cosas, pero necesitaba la versión de Ryan. Era una lástima que mi vuelo partía esta tarde.
Luego de almorzar me dedique a buscar un nombre para el bebé con mi madre, no éramos nada buenas en eso y decidimos dejar de buscarlo, tal vez el nombre solo le llegaría a ella de un momento a otro. Cuando ya era tarde me despedí de mi madre con un dolor en el corazón. No quería irme pero debía ir a trabajar mañana así que abrazándola con fuerza me despedí.
Y aquí estaba en el aeropuerto con mi mejor amiga, esperando mi vuelo.
— ¡Permitiste que alguien más te tatuara! —Exclama ofendida—. Me siento traicionada Lancaster.
Me río por lo bajo.
—No seas llorona, Laden hace muy buenos tatuajes así que confíe en él.
—Debo admitir que este tatuaje es precioso.
Llevo una blusa con tirantes que deja al descubierto el tatuaje. Cuando se lo mostré a mi mamá solo provoque que terminará llorando, y yo igual.
— ¿Arreglaste las cosas con Ryan?
Niego con la cabeza.
—No, no había tiempo y él estaba demasiado enfermo como para tener una conversación seria.
Elena hace una leve mueca.
—Espero que las cosas entre ustedes se arreglen.
Yo también Lena, yo también.
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La Pasión Por EL Chocolate #1
RomansaElla es Michaela Lancaster, una de las mejores tatuadoras de Los Angeles. Él es Ryan Scott, uno de los mejores médicos de Los Angeles. Ellos dos no tienen nada en común pero luego de una apuesta nuestro querido doctor se ve forzado a tatuarse el nom...