Capítulo trece

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Me remuevo en mi cama y gruño al sentir que los rayos del sol me molestan en los ojos.

Esperen...

Yo no tengo ventanas en mi cuarto.

Me siento en la cama de golpe, los recuerdos de la noche anterior me golpean y me llevo una mano hasta mi boca para evitar soltar un grito. Estoy en una cama... y Ryan esta boca abajo a mi lado durmiendo como un bebé. Su espalda esta descubierta y no puedo evitar pasar mi vista por su cuerpo marcado. La sabana blanca lo cubre de cintura para abajo y yo me cubro los pechos con la sábana.

Dios ¿Qué he hecho?

No sé si hice bien... pero maldición se sintió tan bien, su cuerpo junto al mío, nuestras respiraciones mezcladas.

Me abanico el rostro con una mano.

¿Debo buscar mi ropa y marcharme? Eso no es lo que quiero, lo que en verdad quiero es abrazarlo con fuerza y besarlo como anoche.

Me quedo tiesa al sentir que se remueve, aprieto la sábana con fuerza, voltea hacia mí y abre los ojos de apoco. Es la cosa más sexy y adorable que he visto, su cabello esta desordenado y pestañea antes de fijar su vista en mí.

Oh por dios.

Debo lucir como la mierda.

—Yo...

No digo nada, solo vuelvo a callarme, él se pasa una mano por el cabello mientras yo me muero de miedo por lo que sea que va a decirme. ¿Querrá echarme? Obviamente eso será lo que me pedirá.

—Hola —Dice sentándose en la cama.

Sonrío para que no se note lo nerviosa que estoy y él me toma de la barbilla para besarme castamente.

Oh, eso no me lo esperaba.

Vuelve a acostarse y me mira sonriente.

Mi corazón late con rapidez.

Esto es algo positivo y no voy a desaprovechar mi oportunidad, subo encima de él, importándome muy poco mi desnudez y su sonrisa incrementa.

Bajo mi rostro hasta el suyo y beso sus labios castamente una y otra vez, no quiero profundizar el beso ya que no me he cepillado los dientes. Pero parece que a él eso le importa muy poco cuando muerde mis labios con fuerza, eso me hace jadear y se aprovecha de eso para invadir mi boca solo como él lo sabe hacer.

Sus manos acarician mi espalda y suelto un suspiro, de repente comienzo a pensar....

¡Mierda! El trabajo.

Pongo mis manos en su pecho y me aparto, él frunce el ceño cuando yo me bajo y tomo una de las sábanas para cubrir mi cuerpo.

— ¿Qué hora es? —Pregunto con la respiración agitada.

Mira su celular que se encontraba en la mesita de noche.

—Las once de la mañana.

Doble mierda.

Busco mi ropa en la habitación pero recuerdo no haberme quitado aquí, en realidad Ryan tiro mi vestido muy lejos del sofá.

— ¿Qué pasa?

Lo veo sentarse en la cama.

—Mi trabajo... debí haber estado allí hace una hora.

—Te llevo.

Volteo en su dirección.

—Eso sería de gran ayuda Doctor, ¿Puedes prestarme tu celular?

Asiente con la cabeza, teclea unas cosas y me lo tiende, cuando voy a tomar el celular me jala de la muñeca y termino sentada en la cama junto a él.

La Pasión Por EL Chocolate #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora