Capítulo treinta.

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No quiero pensar demasiado en la forma que me hablo Ryan, dice que no quiere lastimarme y le creo pero parece que las palabras de Jackson lo afectaron de alguna manera.

Todo el viaje hasta su apartamento se mantuvo callado, y yo por raro que parezca no quiero ser quien corte este extraño silencio. Pero aunque no esté muy segura tomo su mano y le doy un apretón suave, no sé ni siquiera porque lo hago pero no digo nada y vuelvo a soltarlo para que no lo piense demasiado.

Me limito a ver las luces de las calles de los Ángeles, no siempre me permito admirar la belleza de todo no soy de las que se detienen a mirar estas cosas, como noches estrelladas, amaneceres... no son lo mío.

Pero si veo a una persona con un buen tatuaje que me intriga, soy capaz de ir a hablarle, preguntar quién lo hizo, donde, significado... sí, ya lo he hecho y todas las personas creen que soy una loca, o alguien un poco desubicada pero eso es lo que en verdad llama mi atención.

Y en momentos como este me pregunto qué es lo que Ryan ve en mí, somos totalmente diferentes. No tenemos nada en común, y así también me pregunto porque me gusta a mí.

Esto es tan complicado, y no quiero que lo sea, porque lo único complicado es el amor... y esto no tiene nada que ver con eso.

—Llegamos —Levanto la mirada en su dirección y le sonrío.

Él sonríe débilmente por lo que antes de que baje coloco mi mano en su hombro él me mira pero parece no hacerlo, algo lo atormenta por lo que intento desabrocharme el cinturón, aunque mi gesto es un poco torpe lo desabrocho y sin más que pensar me levanto y acomodo como puedo a horcajadas sobre Ryan.

Él no parece sorprendido por lo que hice, solo se limita a colocar sus manos en mis muslos. Siento una especie de paz y tranquilidad al estar con Ryan, no es solo que sea guapo... bueno tal vez eso ayude un poco.

Bueno, ayuda mucho.

Pero hay algo en él, y es esa calidez que solo siento cuando estamos juntos, como mi corazón parece querer correr una maratón a toda velocidad cuando él me toca como ahora.

Llevo ambas manos a su cuello entrelazándolas.

— ¿Qué pasa doctorcito? —Pregunto preocupada, me atrevo a rozar mi nariz con la suya. No puedo evitarlo aunque sé que no debería hacerlo—. No me gusta verte así.

—Tengo miedo de convertirme en ella —Dice haciendo que me aparte levemente para verlo a sus ojos mieles—. No quiero utilizarte.

Ladeo la cabeza.

—No me estás utilizando Ryan —Digo jugando con su cabello—. Yo estoy aquí contigo porque quiero.

—Lo sé Micha, pero lo que dijo tu compañero...

—Jackson puede irse a la mierda —Siseo.

Él sonríe de costado pero luego presiona sus manos en mis muslos con fuerza, no para hacerme daño, si no como si estuviese aferrándose a mí.

—En serio me importas Michaela —Sus palabras logran que mi corazón se salte un latido—, no te imaginas lo importante que eres para mí, no quiero perderte. Pero tampoco quiero que lo nuestro pase a otro nivel, no quiero... —Se detiene unos segundos y luego continua—. Sé que suena egoísta el querer tenerte solo para mí, sé que querrás tener algo serio con alguien más algún día pero simplemente idea de pensarlo me resulta horrible.

—Ryan... esas fueron las palabras más contradictorias que he oído en mi vida.

—No quiero enamorarme de ti —Confiesa—. No quiero enamorarme de nadie, no podría soportar otro corazón roto de nuevo, yo... yo no lo soportaría.

La Pasión Por EL Chocolate #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora