Capítulo diecisiete.

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Los cuerpos sudorosos se amontonan en la barra exigiendo bebidas para calmar su sed, dios, lo que necesitan es un vaso de agua o terminaran cayéndose, tal vez desmayándose en plena pista de baile.

— ¡La música está muy alta! —Grito en el oído de Jackson, el cual parece no prestarme mucha atención.

— ¿Qué?

Me comenzaba a martillar la cabeza luego del tercer trago, la música parecía elevarse cada minuto, no ayudaba mucho la vibración que se sentía. El contenido de los vasos se movía en ondas debido a las vibraciones, amo la música y hablo en serio pueda escucharla a todo volumen sin problema pero el DJ de esta discoteca no estaba haciendo la mejor elección esta noche.

— ¡Nada! —Niego con la cabeza y este se encoje de hombros.

Suelto un bufido totalmente arrepentida de haber aceptado venir aquí está noche. Es de lo más aburrido, además que cada rato me pregunto que estará haciendo Ryan en su departamento. Debería estar divirtiendome pero no me apetece nada seguir aquí.

— ¿Quieres bailar? —Grita y no ayuda nada a mi dolor de cabeza por lo que tomo mi vaso de un trago.

—Ve y diviértete tú —No quiero terminar así de sudorosa como esos chicos—. Yo me quedare aquí no me siento muy bien que digamos.

No parece muy conforme pero se va directo a la pista de baile mientras yo pido otro trago.

De seguro si aceptaba la oferta de Ryan iba a estar sudorosa pero en otro sentido, vuelvo a lamentarme pero pienso en que el doctorcito merece ese descanso.

Suelto un quejido pero luego me río de la manera infantil en la cual estoy actuando. Me pasan mi nuevo trago y lo termino en segundos, así las cosas se repiten hasta que ya perdí las cuenta de cuantos tragos había bebido.

Me levanto algo aturdida buscando a Jackson pero no lo encuentro en la pista por lo que comienzo a recorrer el enorme Club Nocturno buscándolo. Luego de lo que parecían horas lo encontré con una pelirroja en una esquina comiéndose la boca del otro.

Mi cabeza se siente pesada, suspiro por lo menos ese idiota esta pasandolo bomba.

—Creo que será mejor no molestarlo.

Me doy la vuelta y choco con un pecho, me sostiene por los brazos pero su tacto es demasiado torpe y hago una mueca. Un hombre de cabello negro me mira de arriba abajo con una sonrisa babosa.

—Quita tus manos de mi cuerpo ahora —Pido demandante, pero me regaño al oír mi voz patosa por las cervezas.

—Pero que hermosa muñeca —Intenta deslizar su mano hacia mi cuello y retrocedo, casi caigo pero él me sostiene con fuerza.

Hubiese preferido terminar en el suelo que sentir sus manos en mi cuerpo.

Me aparto de golpe y comienzo a caminar rumbo a la salida. Estoy cansada, aturdida y sedienta lo último que necesitaba es que un borracho me tocara. Veo a un muchacho con una botella de agua, la vierte en un vaso que esta en su mesita y antes de que pueda darselo a su acompañante lo agarro.

—Créeme, lo necesito más que tu —Digo bebiendo el contenido de golpe—. Pásate por Tattoo Dragons, te debo un tatuaje gratis. Perdón por el atrevimiento.

Le paso el vaso vacío y éste se nota muy sorprendido pero niega con la cabeza y me dice que no hay problema. Le doy la dirección de la tienda y salgo del club, tomo una gran bocanada de aire y la exhalo. Saco mi celular y marco a un Taxi me avisa que vendrá dentro de poco por lo cual asiento conforme. Cuando pienso guardar mi celular alguien me lo arrebata de las manos y lo estrella contra el suelo con una fuerza descomunal.

La Pasión Por EL Chocolate #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora