Capitulo 26. Breaking Up

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Me levante el domingo, no había tenido ningún sueño extraño, y tampoco sabía qué hacer en estos momentos, pero me vestí rápidamente, con ropa normal, unos pantalones de mezclilla, una blusa blanca y unas botas negras, además de un suéter de mezclilla que combinaba con los pantalones.

Llegue al desayuno, y por lo que escuchaba todos hablaban referente a la selección de Harry como lo había logrado, me quede pensativa si le haría bien a Harry, escuchar cosas como estas, mire a Ron y Hermione, que andaban en una de sus acostumbradas discusiones, mire la mesa, y tome un par de tostadas, untándoles mermelada de fresa y piña, guardándolas en una servilleta y me marchaba.

—Des —me interrumpe Hermione, tomándome del brazo—. ¿Qué haces?

—No creo que, a Harry, le guste bajar a desayunar —le explicaba nerviosa.

—Oh ya, se me hace buena idea, Des —estuvo Hermione de acuerdo—, les alcanzare luego.

—Sí, iremos a pasear por ahí.

Dije marchándome del comedor, y dirigiéndome a la sala común. Cuando estaba por decir la contraseña, Harry salió de la puerta.

—Hola —dije tímida, mientras le extendía las tostadas—. Te traje esto... ¿Quieres salir? Ya sabes, dar un paseo.

—Buena idea —me contestó Harry, extendiendo una sonrisa.

—Saquemos a los perros —le sugerí también, Harry me dedico nuevamente una sonrisa; y cuando estuvieron los perros con sus correas, bajamos la escalera, cruzamos aprisa el vestíbulo sin desviar la mirada hacia el Gran Comedor y pronto recorríamos a zancadas la explanada en dirección al lago, donde estaba anclado el barco de Durmstrang, que se reflejaba en la superficie como una mancha oscura. Era una mañana fresca, y no dejamos de movernos moverse, masticando las tostadas, mientras Harry me contaba que era exactamente lo que había ocurrido después de abandonarlo la noche anterior la mesa de Gryffindor.

—Cuando anunciaron que era el cuarto campeón, Krum pareció que ensombrecio su mirada, Cedric, estaba desconcertado... tal vez y sorprendida —iba explicando, lo que sucedió en la sala, después de que abandono la mesa de Gryffindor; mientras mirábamos a Ruddy y Rames corretearse por donde íbamos—. Decidieron dejarme, ahí, para concursar, para morir a mi propia suerte...

—No digas eso —le interrumpí.

—¿Me crees? —pregunta sorprendido, le mire confundida—. Me crees con el hecho de que yo no puse mi nombre.

—Claro, Harry ¡Si hubieras visto la cara que pusiste cuando Dumbledore leyó tu nombre! —reí, aunque este hizo una mueca, y termino riendo—. Pero la pregunta es: ¿quién lo hizo? Porque Moody tiene razón, Harry: no creo que ningún estudiante pudiera hacerlo... Ninguno sería capaz de burlar el cáliz de fuego, ni de traspasar la raya de...

—¿Has visto a Ron? —la interrumpió Harry.

Realice una mueca.

—Eh... sí... está desayunando —dije pateando una roca.

—¿Sigue pensando que yo eché mi nombre en el cáliz?

—Bueno, no... no creo... no en realidad, no lo sé, los chicos son complicados —conteste jugando ahora con mis dedos.

—¿Qué quiere decir?

—¡Ay, Harry!, ¿es que no te das cuenta? ¡Está celoso!

—¿Celoso? —repitió Harry sin dar crédito a sus oídos—. ¿Celoso de qué? ¿Es que le gustaría hacer el ridículo delante de todo el colegio?

Destiny y El Torneo de Los Tres Magos [DEH#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora