Destiny y El Torneo de Los Tres Magos [DEH#4]

Capitulo 56. La confesión de Eliot.

Me quede recostada en mi cama, recordando la temible sensación que se producía mientras Harry me daba de comer, me moví inquieta en mi cama durante un momento, recordando sonreírme, sus ojos verdes, me empecé a poner nerviosa, y un cierto regocijo hacia a mi corazón palpitar más fuerte.

No, no, ¡NO!... Eliot, escogí a Eliot, Eliot es... ¿Sera el indicado?

—Eso no lo sabre si no pregunto, ¿verdad? —pensé cuando me levantaba, y entre mi baúl buscaba mi libro de hechizos, Ruddy se desperezaba y me miraba curioso—. ¿Tu no te acordaras del hechizo para escuchar?

Este me miro, pero recordé que lo había dejado con Hagrid ese curso, aunque con este curso, se me ha sido difícil sacarlo, a él y a Rames, solté un suspiro nuevamente.

—Bien, salgamos —dije tomando una pila de libros y las correas de Rames y Ruddy, por un momento pensaba que seria el momento perfecto para transformarme en lobo o en águila, aunque todavía no me han mostrado mi transformación de agua.

Salíamos lentamente del castillo, con demasiada precaución, llegamos a los alrededores del castillo, dando al barco de Durmstrang y al carruaje de Beauxbatons, me senté en el césped, mientras invocaba un par de llamas alrededor mío, había frio.

Ruddy y Rames, ladraban de alegría, ambos se me acercaron cuando leía un libro de encantamientos.

—Deben bajar la voz —les indique inquieta mirando a los lados, pero Rames volvió a ladrar, poniéndose en posición de juego con la cola levantada y la cabeza casi al suelo—, bien —señale creando un hueso de roca, para que se distinguiera, y lo lance, ambos fueron por él.

—Ese perrro es nuevo —alce la mirada sorprendida.

—Es Rames —le dije cuando seguía leyendo mi libro.

—¿Puedo? —señaló.

—Creo que si —me limite a encogerme de hombros, este se sentó y abriendo mi mano, cree un par de flamas más, que se unieron al ruedo, y se engrandecieron para rodear a Viktor.

—Tus manos.

—Estupida historia —comente mirándolas, mientras cambiaba la hoja—. ¿No deberías estar durmiendo?

—Tu también —respondio, pero le mire con una ceja levantada.

—Yo pregunte primero, tu empiezas —señale sonriendo, golpeteando el libro con mis dedos, aunque estos me dolieron, porque no evite soltar un gruñido, y mirar mis manos.

—Bien, te vi porr la ventana —señaló la que todavia estaba encendida—, y bueno, estoy algo nerrvioso, ¿si?

Le mire y dedique una sonrisa cuando iba explicando.

—Pero todavia faltan meses para la tercera y ultima prueba —dije pasando la hoja, cuando los hechizos se trataban de invisibilidad.

—Lo sé, perro... te extrrayo.

—¿Qué? —pregunte extrañada ahora yo.

—No he salido del barrco —señaló—, porr temorr a encontrrarrme contigo y Mullet agarrrados de la mano.

Solte un gruñido a su mención, por su culpa estoy aquí.

—¿Qué ocurre?

—No hay nada de que temas —respondí apretando mi mano—. Porque Mullet es un completo idiota y cobarde...

Viktor me miraba.

—¿Acaso el no ha hecho nada? —preguntó irritado—. ¿Despues de que me hecho parra atrrás? ¡No hace nada! ¡Me vale *#@&%$!