Destiny y El Torneo de Los Tres Magos [DEH#4]

Capitulo 38. Una guerra de bromas.

           

Era miércoles andaba un poco cansada, estoy paranoica desde que me levante, creyendo que cualquier cosa es una artimaña para que me embromen, hechice por lo menos como cuatro veces a Ron y a Harry, por igual, y dos veces a Neville.

—Creo que la locura Moody, ha caído sobre Des —señaló Ron cuando abria un sobre de comida.

Mi cara se ilumino, parecían galletas normales, con glaseado verde por encima.

—¿Me invitas? —pregunte acercando demasiado mi rostro.

Que patética me estoy viendo.

—Sí, claro —y rápidamente tome dos, me trague la primera literal—, Fred y George me las dieron, dijeron que las compartiera...

—¡¿Qué?! —pregunté desconcertada, escupiendo la que primeramente estaba masticando con rapidez, empecé a escupir, y con la manga de mi toga, limpiaba mi lengua—. ¡Una guerra de bromas! —exclame, esperando por los resultados—. ¡¿Cómo voy a ganar una guerra de bromas contra los gemelos?!

—Eres una chica y tienes tus métodos —me señaló Hermione.

—Sí, y soy humana también, por lo que sucumbo al hambre con facilidad —dije viendo las galletas de Ron, que guardaba en sus bolsillos—. ¿Por qué no te comes una? —le pregunte enfadada—. ¿Sabías que estaban hechizadas?

—No, no lo sabía, pero... si están hechizadas no me las debería comer —mire sin mucha credibilidad a lo que Ron me decía.

—Después me las veré contigo Ronald —dije sacándole las galletas del bolsillo, y poniendo en mi mano una.

—No parecen ofensivas, Des —opino Harry—, además George y Fred se veían muy animados con las galletas...

—¿Ustedes dos sabían que era broma? —le pregunte a Harry, encarándolo muy cerca.

—Des, estas quedando verde —responde Harry, un poco asustado, pero por el reflejo de sus lentes, pude ver que mi piel, exactamente, comenzaba a mancharse con salpicones de pintura verde.

—¡MIERDA! —exclame enfadada—. ¡¿Qué hora es?!

—Faltan quince minutos para la siguiente clase —me informo Hermione.

—En esos quince minutos averigua como quitarme esta pintura, Hermione.

—De acuerdo, capitana —dijo Hermione no muy convencida, yo tan solo pude gruñir y marcharme a la sala común, para empezar con una broma bastante infantil.

Para mi mala suerte, tuve que ir al comedor con esos manchones de vaca verde, por mi piel, no muchos lo tomaron como algo divertido, por lo contrario, los únicos que se rieron fueron los gemelos y Slytherin; ya que muchos pensaron que pudiese ser una enfermedad.

—No es justo —dijeron cuando me sentaba cansada, después de hablar con un Cedric preocupado.  Insistiendo en que iba a buscar un hechizo para deshacer la enfermedad, lindo, pero no.

—Pensamos en esa broma, desde hace tiempo.

—Bueno, creo que eso no es lo suyo —aclare, pero se miraron desconcertados—, pensar.

—Ten —me extendió Hermione un frasco—, una poción, para quitar la pintura, pero por lo que deduje se quita en doce horas, ¿no es asi? —los gemelos asienten.

—No queremos hacerte un daño permanente, Des —aclaró Fred, sonriendo de lado, pero yo tan solo pude dedicar una mueca de disgusto.

—Gracias, Hermione.