Abismo

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Estoy aqui. En la puerta al vacio. Solo tengo que abrirla y al fin caeré. Caeré por el abismo con todas mis agonias, con todos mis problemas, junto a aquello y aquellos que no me dejan respirar, que no me dejan vivir. Me siento y contemplo esa puerta. Esa maravillosa puerta que será mi destrucción, pero al mismo tiempo mi salvación. Solo quiero ser consumida por aquel abismo oscuro para que sane mis heridas, me alivie el dolor y me lleve con el. Que me haga flotar sin vida por la oscuridad. Observo mis cicatrices. Cada una con una historia diferente y con distinto dolor. Algunas ya han sanado, pero otras, aun sangran. Si todas estubieran abiertas, moriria desangrada. Si me pongo a contar cuantas lágrimas he derramado, crearía un mar entero. Nisiquiera mi espalda tiene espacio para otro cuchillo más, de tantas veces que me han traicionado. Una parte de mi mente está llena de consejos y de aires de superación. La otra, solo piensa en quedarse en esta depresión sin fin. Es el camino más fácil, ahogarme en mis propios problemas y desangrarme de las heridas causadas por los demás. Me canse de luchar, me canse de vivir. Solo quiero darme por vencida y morir. Soy tan débil. He aguantado tanto, que mis manos sangran y me quejo de dolor. Solo quiero parar.

Me levanto, intento abrir la puerta pero me doy cuenta que tiene una llave. La golpeo, intento con todas mis fuerzas abrir la puerta a mi perdición pero nada pasa. Me tumbo a llorar, lo único que sé hacer bien. Entonces, un resplandor se acerca y puedo oir una voz. Puedo ver como un reloj de arena se forma al frente de mi. En ese momento, la voz comienza a hablar conmigo. Me dice que observe el reloj. Lo observo y puedo ver que aún la arena no se a acabado. Solo me dice que ese reloj es mi vida y que mi tiempo no ha terminado. Me dice que las pruebas dificiles solo se las dan a personas que pueden superarlas (no creo que sea una de ellas sinceramente). Que cada sufrimiento, cada lágrima, cada pena y cada dolor, la vida me la devolvera con risas, carcajadas, alegrias y bendiciones. No debo escoger el camino fácil, porque no es el correcto y aunque piense que es mi única salvación, llevaré conmigo a muchas personas, las mataré de dolor sin siquiera quererlo, no abré vivido lo sufisciente como para contar una historia. Me dijo que debo aprender a yo misma sanar mis heridas y no esperar a que sanen solas. Me niego a la idea, ya que será mas dolorosa y salto. Siento como la oscuridad me va consumiendo, al principio me relajo y siento paz. Pero en ese momento en el que siento casi una gota de felicidad, mi cuerpo comienza a arder, siento que una llama se apodera de mi, mi piel se torna roja, era un dolor que jamás habia experimentado. Solo queria salir de allí, que alguien me sacara, pero ya no habia vuelta atrás. Grito, solo quiero salir de aqui, es un lugar mas horrible y doloroso que el mundo en el que antes viví. La luz brillante vuelve a aparecer, esta vez la tomo enscerio y me dice que tenia una segunda oportunidad para volver, pero si volvía no podía intentar lanzarme otra vez porque de lo contrario ya no habia otra oportunidad. Cierro los ojos y acepto.

Abro los ojos y me encuentro al frente de la puerta. Aquella puerta que me llevó a mi destrucción, observo mis heridas y comienzo a coser cada una de ellas. Era hora de sanar por mi cuenta he imaginar por un segundo que soy fuerte y que podré enfrentar nuevamente aquel mundo que poco a poco me dejaba sin vida y que ahora, todo lo que me ha quitado, con el tiempo, me lo devolverá.

Desahogos InternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora