Silencio Ruidoso

3 1 0
                                    

Hay momentos en los que te encuentras literalmente sola. Tal vez en la playa, en alguna ciudad, en el medio del bosque o simplemente desde la sala de tu casa. Solo el silencio es lo único que se escucha. A muchos puede que les inspire paz. Pero a otros es todo lo contrario. Es toda una nube de soledad, tristeza, melancolía y tal vez, solo tal vez depresión. Así como una bala puede terminar con la vida de una persona en un segundo. Tu mente un momento está bien y al otro no lo está. Un momento estas bien y al otro, todo lo contrario. En ese momento es cuando el silencio comienza a tomar voz y gritar. A golpearte, a herirte y dejarte moribunda. Entonces te quedas tirado en el suelo sin fuerzas y sin sentir nada. Es como si de momento tu mente tomara un lado oscuro y se apoderara de ti haciéndote pensar cosas que no tienes que pensar. Intentando convencerte de cometer locuras. Obligándote a actuar por impulsos y poco a poco vas alejando a todo y a todos de tu lado. Es como si fueras un robot y tu mente tuviera el control. No eres tu, eres otra persona que no siente nada, que se siente vacío y aturdido. Puedes estar rodeado de personas y aun así sentirte solo porque mientras más pasa el tiempo más vacío te sientes. Entonces lloras porque no sabes que más hacer, lloras para intentar sacarlo todo y que no vuelva más, como la lluvia cuando cae y nunca regresa. Quieres romper esa capa que te encierra y te asfixia y salir de allí, salir de ese abismo que te hace caer cada vez más profundo. Hay veces en que intentas convencerte a ti mismo de estar bien, luchas por realmente estarlo pero la presión se acumula y en algún momento explota haciéndote cenizas y destruyendote. Oras cada noche, entre lágrimas le pides a Dios cada día estar bien, que te ayude a entender el propósito de esto, te aferras a él y tienes fe; pero todo sigue igual. ¿Estar enojada con Dios? Jamás podría estarlo pues sé que por alguna razón vivo todo esto. Pero si estoy enojada es conmigo. Antes era tan fuerte y siempre estaba bien, era alguien alegre y sonriente. Ahora soy solo un desastre de sentimientos andante. Solo quiero huir de mi misma, no quiero seguir siendo consumida. Realmente quiero estar bien y extraño estarlo y ser quien ayude a los demás y les de razones para no rendirse. A dales una mano. Quiero ser quien ayude a darle un poco de luz a la vida de alguien que lo necesite. Pero no puedo hacerlo si soy yo la que esta en el medio de la oscuridad. Se que saldré de aquí, lo sé, lo siento y tengo mucha fe. Mientras tanto me arrodillo, junto mis manos y digo: "Dios desde lo más profundo de mi ser te pido que me ayudes, que me des una mano, que me saques de aquí, ayúdame porque sin ti no lo conseguiré. Tengo todo para ser feliz y te estoy sumamente agradecida por eso. Realmente es lo único que me motiva a continuar. Se que todos tenemos que pasar por momentos difíciles y que tus planes son perfectos y aunque en este momento no comprendo el por qué de mi situación, se que en algún momento lo entenderé. Dame fuerza, seguridad y autoestima. Pero sobre todo apaga el ruido en mi mente y permite que vuelva a sonreír. Tu eres el único que puede rescatarme.... Amén."

Desahogos InternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora