Jaula

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Aqui me encuentro. Atrapada estoy. Dentro de estas barras que me inpiden ser libre. ¿Será que un día saldré?, o ¿me pudriré aqui dentro? Por los orificios puedo ver el mundo exterior. Puedo ver a personas caminar, sonreir, ser libres. Grito por ayuda, pero nadie escucha. Solo pocos logran oir mis gritos de agonía, pero sus intentos por ayudarme y sacarme de aqui son inútiles. Me enfuresco y comienzo a pelear contra las barras de hierro. Mientras forcejeo contra ellas, descargo toda mi furia llena de desperación. Peleo con todas mis fuerzas pero me debilito y me desplomo en el suelo. Lloro, me doy por vencida. Jamás saldré de aqui. Moriré aqui dentro. Y nada ni nadie podrá salvarme. Comienzo a agonizar he imaginarme un mundo distinto. En donde pueda correr por la tierra, nadar por el mar, trepar los árboles. Un mundo en donde soy libre. Poco a poco mis sueños se esfuman en el aire, así como la neblina desaparece cuando el sol sale. Me encuentro con esta horrible selda que inpide mi libertad y cada día destruye mi sueño de ser libre. Entonces, veo un agujero. Un pequeño agujero con una forma peculiar. Ahí iba la llave. Pero, ¿donde está esa llave? Busco como loca entre los escombros de esta oscura tortura. Pero no encuentro nada. No hay nada que me sirva para abrir esta estupida jaula. Entonces me siento y deleito el paisaje de afuera. Y comienzo a pensar en que tienen esas personas que yo no. Por que ellos son libres, mientras yo me pudro aqui dentro. Pienso en como llegué aquí, y que condena estoy pagando. Una imagen llega a mi cabeza. Una imagen en donde sonrio y corro bajo el cielo por el infinito mundo. Todo era hermoso hasta que de repente, poco a poco, todo se tornaba oscuro y lentamente las barras salian de suelo hasta que terminaron por encerrarme. Entonces entendí que yo misma habia provocado mi condena. Yo misma me encerre aqui. Todo gracias a las penas, al dolor, a la inseguridad, a las desiluciones, a las traiciones y todo lo malo que viví. Todo mi sufrimiento crearon esta maldita selda en la cual me estoy pudriendo. Yo soy la culpable de todo. Tenía la opción de dejar todo a un lado y continuar mi camino. Pero decidí caer por el pozo de la perdición. Ahora entendí que yo misma portaba mi llave. Solo tenía que esperar el momento en que apareciera. Dejando todo atrás. Sanando mis heridas, mis penas y tener la seguridad que necesito para enfrentar el mundo de afuera. Cuando pueda superarme, el momento de salir llegará. En vez de gritar y agonizar, me sentaré  y comenzaré a sanar mis heridas para tener la fuerza necesaria para salir de aqui. Tengo la fe de que si yo misma pude encerrarme, yo misma podré liberarme.

Llega un punto en que todos nos encontramos encerrados. Y buscamos a quien hecharle la culpa. Y creemos que necesitamos la ayuda de alguien para poder salir. Pero no es así. Nadie tiene la culpa de nuestra condena y nadie podrá liberarnos más que nosotros. Si nosotros sufrimos en la vida, si nos hacen daño o nos lastiman, es nuestra y solo nuestra desición tirarnos al vacio de la perdición. Nosotros decidimos si quedarnos estancados sufriendo o continuar con nuestro camino. Pero aveces tomamos el camino fácil. Tirarnos al vacio. Y entonces creamos nuestra propia jaula de penas, de dolor e inseguridad. Cosas que nosotros mismos creamos sin darnos cuenta. Pero solo nosotros portamos la llave de esta dolorosa tortura. Nosotros mismos debemos encontrar esa llave que solo aparecerá cuando nosotros decidamos superar cada problema que nos metió aqui dentro. Y cuando al fin encuentres esa llave, y puedas tomarla con tus manos y poder abrir tu propa jaula de dolor, entonces serás libre y tendras todo lo que algún día soñaste tener. Correras mas rápido que nunca porque al fin habrás sanado y habrás dejado la oscura y agonisante jaula atrás tirada en el oscuro vacío junto a tus antiguas penas.

Desahogos InternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora