sesenta y ocho.

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De todos los castigos que había cumplido, el de hoy había sido el más aburrido, pues había estado sola. Antes de que Jeno apareciera, no me importaba estar sola, ya que podía usar mi móvil. Pero ahora me había acostumbrado a estar con alguien.

Había decidido no mandar ningún mensaje a Jeno para no despertarlo. Supongo que estaría durmiendo o descansando. Preferí esperar a que él me dijera algo, ya que suponía que iba a hacerlo. No le di demasiada importancia a que no me dijera nada de momento, ya que supuse que estaría cansado, o se encontraría mal.

A veces, me obligué a mí misma a no hablarle. Realmente no quería molestarlo. Pero estaba preocupada. Sí, lo admito, estaba preocupada. Había pasado ya un rato, y no me decía nada. ¿Tan mal se encontraba?

Al final, decidí mandarle un mensaje.

Yoon: Jeno, estás bien?

No le dije nada más. Solo quería saber si estaba bien, si había alguna razón por la que no me había hablado, si necesitaba ayuda en algo; no quería mantener una extensa conversación, no quería molestarlo más.

Después de un rato, pensé que sería mejor no preocuparme tanto, dejar de comerme la cabeza. Sería mejor dejar de pensar en ello. No era para tanto, supongo.

Jisung me pidió que jugara con él y fui a su habitación. Llevé mi móvil, por si acaso. Al rato de estar con él, me llegó un mensaje.

Número desconocido: sabes algo de Jeno?

detention room || lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora