ciento treinta y cinco.

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Estaba tumbada en la cama de mi habitación mirando mi móvil con un terrible dolor de cabeza de nuevo.

Escuché un par de toques en la puerta y ésta se abrió. Era Jeno.

"Creo que deberías hablar más con tu madre para que no piense... cosas." dijo, de la nada. Sin decir nada más, se sentó en una esquina de mi cama. "Es agradable, por cierto." añadió.

"Puede que lo sea contigo." dije, sin apartar la mirada de mi móvil. "Pensé que estabas con mis hermanos y Jiyoon."

"¿Estás enfadada porque acepté lo de tu madre?" preguntó. No respondí, y seguí sin mirarlo. "Si quieres me voy, no es problema. Es simplemente que quería conocer a tu madre."

"No, claro que no quiero que te vayas, es solo que me es incómodo que mi madre hable de... nosotros."

"¿Nosotros?" asentí. "¿Por qué te molesta? Si te soy sincero, a mí me agrada."

"No me molesta, es que..." dije, sin saber cómo acabar. Noté mis mejillas arder de repente.

"Awwww, Jiyoon estás avergonzada." tapé mi cara con mis manos sin saber qué decir. "No parecías estarlo hace un rato." dijo, refiriéndose a cuando lo besé en la mejilla.

"Hablas como si hubiera hecho una locura." dije.

"Para mí lo fue."

"Entonces supongo que no lo haré más." dije, suspirando. Claramente se notaba mi tono vacilante.

De la nada y sin pedir permiso, se tumbó a mi lado mirando al techo y con las manos detrás de su cuello, como si estuviera tomando el sol o mi cama fuera la más cómoda existente.

"Si no lo haces tú, entonces me veré obligado a hacerlo yo."

"¿Qué crees que haces?"

"Se llama coger confianza." dijo. Lo miré. De nuevo, no sabía qué decir. Quedé en blanco.

detention room || lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora