detention room || lee jeno

ciento cuarenta y cuatro.

Llegué al lugar en que siempre me sentaba y miraba hacia la ciudad. Aquel sitio estaba situado en lo alto de una colina, desde la que se podía ver el campo por un lado y la ciudad por otro. Incluso podía avistar mi casa.

Amaba ese lugar, era el sitio indicado para pensar, por alguna razón. Sentía que aquel lugar era mío, pues nunca había visto a nadie más por ahí.

Miré hacia el horizonte saqué mi cuaderno para escribir. Me gustaba que las cosas que pensaba quedaran plasmadas en papel para luego poder leerlas.

《He conocido a Jeno hace dos semanas, y ya me gusta. Me gusta mucho. Ya he conocido a sus amigos, e incluso tengo confianza con alguno de ellos. Todo ha sido tan rápido... y espero que siga siendo así. Espero no separarme de ninguno; ni de Jeno, ni de sus amigos. Porque valen la pena, son geniales y, Dios mío, me tratan como si me conocieran desde hace años. Siento que todo es perfecto. Y siento que esa perfección no va a desvanecerse.

De alguna manera, siento que la felicidad que tengo al estar con Jeno es insuperable. Siempre he pensado que eso de tener "mariposas en el estómago" es una estupidez, pues nunca antes lo había sentido. Pero yo no siento mariposas. Siento un zoológico entero. Todo por ese chico. Extrovertido, pero a la vez tímido; divertido, pero a la vez serio; dulce, pero a la vez desvergonzado. Todo eso lo tiene él, y me gusta de una manera en la que nunca pude imaginar que algo o alguien pudiera gustarme.》