treinta y uno.

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"No, es simplemente que me alegra escuchar las palabras sinceras de alguien como tú. Hacía años que no escuchaba esas palabras. La última vez que alguien dijo eso, fue cuando conocí a mis amigos, ellos me apoyaron de la misma manera que hiciste tú" respondió. "No eres como esas personas que fingen compasión para acercarse a mí. He llegado a confiar en personas que hicieron eso. Esas personas no valen la pena. Tú sí."

"¿Y cómo sabes que yo no soy de esas personas?" dije, medio-riendo.

"Porque he dado con muchas personas que eran así, y creo que estoy capacitado para diferenciarlas" respondió. Sé que la forma en que lo dijo no iba del todo en serio, ya que lo dijo riendo, pero sabía a qué se refería.

"Oh, ¿así que eres como un detector de metales pero con gente falsa?" reí. Siempre hacía chistes.

"¿Tus chistes siempre son así de malos?" preguntó riendo.

Continuamos un rato más hablando sobre cosas menos serias, pero yo aún quería saber una cosa.

"¿Me dirás por qué castigaron?" pregunté.

"Verás. Creo que sabrás que, junto con esos amigos de los que te hablé, hacemos algunas... cosas, que no deberíamos hacer" dijo, intentando evitar ese tema. Asentí con la cabeza. "Bueno, digamos que a mí y a Renjun no nos agradaba demasiado uno de los profesores, y se lo hicimos saber a él y a su coche" respondió. "Renjun es el chico del pelo rosa" respondió, al ver mi cara de confusión.

detention room || lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora