dos.

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Era atractivo. Pude mirarle directamente a los ojos; eran bonitos.
Recordaba haberle visto por los pasillos. Siempre iba con un gran grupo de chicos, de edades diferentes, bastante diferentes. Algunos de primer curso, otros de último curso. Siempre me había parecido extraño que chicos de tan diferentes edades fueran juntos. He de admitir que siempre me fijaba cuando ellos pasaban por delante, ya que eran bastante atractivos todos ellos, aunque nunca tuve ningún interés en acercarme. Tampoco me había fijado especialmente en él.

Recuerdo que ellos eran un grupo bastante popular en la escuela. No eran los más populares, pero sí tenían reconocimiento por las numerosas pellas que hacían, o los delitos que cometían. No eran delitos graves, simplemente pinturas en la pared, algún pequeño robo en tiendas locales como gasolineras, o peleas callejeras con otros grupos de la ciudad.

Siempre me había preguntado cómo sería salir con alguno de ellos. ¿Me obligarían a escaparme de la escuela o a pintar paredes? ¿Me obligarían a guardar secretos? ¿Me hablarían siquiera sus compañeros?
Pero ninguno de ellos estaba a mi alcance. Todos ellos atraían a muchas chicas de la escuela.

Saqué mi móvil de la mochila. Le miré un momento y seguía mirándome. Creo que ni siquiera apartó la mirada de mí. Empecé a escuchar música. Me sentía extraña. Le miré un momento otra vez. Aún seguía mirándome, así que me puse nerviosa. Ni siquiera se dignó a girar la cabeza hacia otro lado cuando le volví a mirar.

"Hey." le saludé con una sonrisa, por inercia. No quería parecer muy interesada en lo que él estaba haciendo (básicamente, mirarme).
No respondió. Simplemente siguió mirándome con una cara inexpresiva, como si yo fuera la primera chica que vio en toda su vida.
Estuvimos un rato en silencio. Estaba haciendo mis deberes y no me di cuenta de que ya no estaba mirándome.

La hora de castigo pasó rápida. Él estaba ahí, a veces mirándome y a veces mirando a ninguna parte. Pude notar que estaba concentrado en cualquier cosa a la que miraba.
No sabía por qué, pero me sentía más comoda ahora que no estaba sola. A veces sentía su mirada en mí. Eso me hacía sentir un poco incómoda y extraña, pero a la vez me hacía sentir bien. El timbre sonó y él se levantó, mirándome por última vez y saliendo de la habitación.

detention room || lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora