ciento doce.

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Castigada tres días sin mi teléfono. ¡Genial! Sé que suena a estupidez, y que tres días son poco, pero mi teléfono = mi vida.

Me sentía mal por no haber hablado con Jeno desde la noche de ayer. La última vez que habíamos hablado fue cuando me desmayé, y desde ese momento no volvimos a hablar, ni siquiera por mensaje. ¿Quizás seguiría enfadado por lo de la fiesta? Lógicamente. Sabía que él sospechaba que me gustaba Renjun, pero en vez de enfadarse debería habérmelo dicho.

Ni siquiera había hablado con él para explicárselo, aunque, si se lo explicara, tendría que decirle que me gusta. No, no. Sin darme cuenta, estaba negando con la cabeza.

Ayer, después de que Taeil hablara con mi madre, volvió a casa de Ten. Hubiera sabido algo de ellos si hubiera tenido mi móvil para preguntarles. Ugh.

Me tumbé en mi cama. Hoy había sido un día normal, como siempre. En el castigo, no había hablado con Jeno de nada importante, y simplemente habíamos dejado pasar de nuevo aquel tema de la fiesta. Quería, no, necesitaba hablar con él. De alguna manera debía hacerle saber sobre mis sentimientos, y quizás debería hacerlo a la manera en que Irene y Renjun insistían. Recordé que Irene me había dado su número de teléfono, pero después también recordé que no tenía mi móvil y me desanimé. Necesitaba algún consejo, lo que fuera.

Miré hacia el techo sin saber qué hacer. Ya era tarde, casi las once de la noche, pero no tenía sueño, así que decidí encender mi cadena de música y poner algún disco que me gustara. Me tumbé en mi cama boca arriba y miré hacia el techo, esperando que me entrara el sueño de una vez para poder dormirme.

Escuché un ruido junto a la ventana y, cuando me giré, había alguien en mi habitación.

"Vaya, sí que es fácil colarse en tu casa."



Pregunta: ¿cuál es vuestro nombre? El mío es Xia ^-^

detention room || lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora