detention room || lee jeno

ciento treinta.

"Puedo irme, si quie-"

"¡No!" grité, sin querer. "Quiero decir, no hace falta que te vayas. Está bien así." dije, intentando suavizar la forma con la que había dicho lo anterior. Pero no sirvió para nada, porque él ya estaba sonriendo de una forma triunfante, como si le hubiera gustado escuchar aquello. Mierda.

Bajé la cabeza riendo de forma avergonzada y estúpida al igual que hacía siempre. Pasaron unos segundos de silencio. Jeno se apoyó en el respaldo del asiento y me miró.

"Sé que tal vez estar conmigo a solas de nuevo sea incómodo para ti desde que... bueno, ya sabes. Pero para mí no lo es." dijo. De repente, cogió un pequeño mechón de mi pelo y comenzó a rizarlo suavemente con su dedo, al igual que hacía yo cuando estaba nerviosa o aburrida. Mi cabello no era muy largo, por lo que tuvo que acercarse. Por primera vez, agradecí que mi pelo fuera más corto de lo que me gustaría. Lo miré algo sorprendida por la confianza que de repente había cogido, como si nada hubiera pasado. "No quiero que te comportes de una manera diferente; quiero que seas normal conmigo, al igual que siempre."

Decidí coger confianza y cambié mi forma de ser en aquel momento.

"No podría hacer eso." dije, sonriendo, pero aquella vez no sonreí de una manera tímida, sino de una manera extrovertida.

"¿Por qué no?" preguntó, extrañado.

"Si me comportara contigo al igual que me comporto con los demás, ¿crees que haría esto?" dije, y me acerqué a él para darle un beso en la mejilla.