setenta y seis.

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"¿Noona?" escuché una voz, pero no era capaz de abrir los ojos.

"No los despiertes, están bien así." dijo otra voz.

"Pero tengo hambre." replicó.

Abrí los ojos. Eran Jisung, Jiyoon y Jiyoung.

"¡Noona!" Jisung se tiró encima de mí. ¿Dónde estaba? Aquella no era mi habitación.

Noté que alguien se movía detrás de mí y me abrazaba más fuerte.

Oh.

Dios.

Noté mis mejillas arder como no lo habían hecho antes.

"Noona, ¿dónde están las galletas?" preguntó Jiyoung.

"En la cocina." dije, medio dormida. Los tres salieron corriendo.

Quedé paralizada un momento. No sabía qué hacer. No es que fuera incómodo, pero me era vergonzoso el hecho de que nuestros hermanos nos hubieran visto, y él me hubiera abrazado más fuerte como respuesta.

Alcancé mi teléfono, el cual estaba en mi bolsillo, y miré la hora. Eran las 6 de la tarde. Menos mal, solo había pasado una hora.

"Jeno." no respondió. "Jeno." volví a llamarle, y de nuevo volví a recibir silencio como respuesta. Me di la vuelta y lo miré. "Jeno, despierta."

"¿Jiyoon?" preguntó.

"Sí, soy yo. Vamos, despierta."

Sonrió, y de nuevo se le formaron aquellas arrugas junto a los ojos que lo hacían ver adorable.

Me volvió a abrazar, acercándome demasiado a él, lo suficiente como para poder darme un beso en la mejilla.

"Gracias por no haber hecho aquello." dijo, refiriéndose a lo de Renjun. Su voz era algo diferente, como un poco más grave. Supuse que era porque acababa de despertarse.

"No lo haría nunca."

Pasaron unos minutos de silencio. Tenía mi cara enterrada en el hueco de su cuello.

"Jiyoon."

"¿Sí?"

"¿Yo te gusto?"

detention room || lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora