cincuenta y tres.

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Pasamos el resto del castigo hablando sobre tonterías que me hacían reír. Amaba su sentido del humor. Era peculiar, pero no podía parar de reír. Me había entretenido tanto hablando con él, que había dejado el dibujo de lado para prestarle más atención a él. Cuando quise darme cuenta, estaba apoyando mis codos en la mesa, con mi cara apoyada en mis nudillos, mirándolo embobada, mientras hablaba de cualquier cosa. Me gustaba hablar con él. Era realmente genial.

Sonó la campana, anunciando que nuestro castigo ya había terminado. Suspiré. Mi estómago dolía de tanto reír. Había recordado que hoy tendría que ir más rápido a la casa de Yukhei porque él tenía que irse con sus hermanos. Recogí mis cosas y las metí en la mochila rápido. Abrí la puerta para salir del aula, pero antes me di la vuelta para mirar a Jeno. Había recordado lo que él había dicho antes sobre Yukhei.

"Por cierto, no hace falta que te preocupes por ese chico del que hablas."

Cerré la puerta al salir, sin decir nada más.

Pasé por el despacho de la Sra. Park para coger mi móvil, y caminé por el pasillo vacío. Cuando casi hube llegado a la puerta de salida, miré hacia atrás, donde estaba Jeno caminando con una sonrisa tímida y mirando al suelo.

Fue entonces cuando me di cuenta de cuánto me gustaba.

detention room || lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora