Ganas de ti... por siempre - Capítulo 16

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Yo creo que Ji Yong está enojado conmigo.

No sé, es intuición.

O al menos, la manera en como me mira.

-¿Qué rayos ha pasado? Esta mañana estábamos muy bien, demasiado, excelentemente y ahora siquiera me has dirigido la palabra.

Y sí, al menos desde que llegó del trabajo no he dirigido palabra con él. Y no porque estaba enojada, sino que aun trataba de asimilar todo lo que pasó allí.

El que Mina haya estado en mi casa hablando de Kiko me dejó bloqueada, no podía procesar nada. Siquiera en la cena, no hablé nada y solo respondía en monosílabos.

-¡Maldición Antonia! -gritó.

Solo cerré los ojos, me sentía agotada, cansada… mareada. Lleve mis manos a la cabeza y así me mantuve por minutos. El silencio que estaba en la cocina era horrible, congelado.

Le debo una explicación, lo sé…

-Antonia… -sentía las manos de él en las mías y me hizo mirarlo. -¿Qué ocurre cielo? -al verlo allí tan preocupado y esa idea pasando por mi mente, yo sentí mis mejillas húmedas.

Al menos estaba consciente que James, Willis y Jones estaban allí. Fui testigo del interrogatorio que le hizo a James, y estaba segura que ninguno de ellos tuvo la culpa sobre la visita de Mina.

Vivimos en un Penthouse, ¿Quién podría entrar hasta el pasillo del penthouse y tocar la maldita puerta?

-Antonia por favor.

-Mina estuvo aquí. -dije y limpie mi cara. -Estuvo aquí y dijo que Kiko estaba en Seúl, que ibas a dejarme por eso y que estaba advertida. -lo vi, sé que la cargará con James y Willis. -Llegó hasta aquí burlándose de ellos. -la cara de mi guardaespaldas era de espanto. Más el de Willis. -Ellos no tienen culpa de nada.

-Por supuesto que sí. Son responsables de ti en mi ausencia. -suspiré.

Comprendí y entendí. Razoné, fue intencional lo de Mina.

Si Kiko estaba aquí no era de su incumbencia y Ji Yong, siquiera se movió cuando le dije que su ex estaba aquí, se desesperó más por mi seguridad.

-Por eso no hablé nada. Tenía eso en la mente y trataba de asimilarlo.

-¿Has dudado de mí? -me miró de manera profunda.

Santo cielo, hemos vuelto a lo mismo. Avanzamos mil pasos y retrocedimos 3000, ¿Qué rayos pasa contigo Antonia? Ibas tan bien y un solo momento de debilidad y provocas esto.

No, fue provocado.

-No dudé de ti, créeme. Solo que no entiendo porqué Mina estuvo aquí buscándote. -nos miramos. -Bueno, si sé. Quiere molestarnos.

-Por supuesto. -él se estaba desesperando, pero no se movía. Al menos, no estaba actuando de la manera que actuaba antes. A estas alturas ya se abría ido y buscado a Mina.

Pero está aquí, conmigo.

-El hecho que no me hayas dicho apenas llegue me enfada bastante. ¿Qué pasó con tu lado parlante? Pensé que no dejarías de hablar.

-Hablar de nosotros en una cosa maravillosa, pero hablar entre nosotros de otras personas es desagradable, más si se trata de tu pasado.

-No tengo nada que decir a mi favor. Siquiera sabía de esas cosas, y créeme que no me importa. Sospecho más el hecho que Mina haya cruzado la puerta de este edificio. -volteo a ver a los demás. -¿Qué rayos pasa con ustedes también? No les pago para que dejen de vigilar a Antonia.

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