Mi papá escupió el café y mi mamá abrió sus ojos.
-¡¿Cómo es que te vas?! –eso mismo me pregunto yo. ¿Cómo?
-Pero no hoy ni mañana. Dentro de un tiempo.
-¿Cuánto tiempo? ¿Un mes, dos meses? ¿Cuándo? –mi papá ya había reaccionado. Mierda. ¿En qué me metiste Ji?
Vamos Antonia has estado en peores situaciones. Tan solo recuerda los azotes hace no menos de quince minutos.
-Primero debo ver el tema de mi pasaporte. La visa. Y como compraré el pasaje. También tendré que aprender el idioma, que por cierto no es nada fácil. Tomara más o menos unos tres meses, ¿Verdad Ji?
Lo mire en busca de respuesta y tenía fruncido el entrecejo. No quiero ni mencionar, preguntar o saber donde se fue su temperamento. Creo que al fin y al cabo tendremos que “discutir” este tema. Aunque así se ve jodidamente sexy.
-Antonia.
-Quiero desayunar. Tengo hambre. –me aleje de él y fui hasta donde esta la Sra. Emma
-Sra. ¿Qué se va a servir?
-Antonia. Dime Antonia. Y yo me preparo, gracias.
-Por favor Sra. Antonia.
-Esta bien. Quiero café con tostadas. Lo mismo de siempre.
Emma desde que llego me dice señora. Creo que Ji la amenaza para que me lo diga. No soy señora, solo Antonia.
-¿Estas pensando bien las cosas hija? –pues no lo sé. Mi madre es algo intuitiva. De seguro que vio algo en Ji que yo no. Aunque hubiera sido así ¿Por qué actúa tan indiferente ahora? Ayer en la cena estaba fascinada con Ji Yong.
-Yo creo.
Mi “yo creo”, Ji lo escucho me vio y no le gusto.
-¿Estas segura que quieres irte Antonia? –mi papá estaba sorprendido, pero no más allá. De igual manera lo miraba de reojo.
-Antonia podrá tener la oportunidad de desempeñarse como diseñadora en Seúl. No la dejaré sola. Olvidan que soy dueño de una de las mejores empresas textiles. Conmigo ella estará bien.
No es que seamos incrédulas. Pero con mi madre odiamos el patriarcado. Soy independiente. Recurro a él cuando ya no tengo más opciones ¿Qué le hace pensar que trabajaré para él estando allá? Ya conozco este tipo de historias. No quiero depender de nadie, mucho menos bajo de alguien que tiene gran prestigio en donde vive. Quiero ser reconocida por mí, no reconocida por ser recomendada por él.
-¿Estas completamente segura?
-Si mamá. Solo que no trabajaré con Ji Yong. No seré su empleada.
-No serás mi empleada.
-¿Entonces? Sabes que soy independiente.
-Serás diseñadora de G-Sex. Con ese título saliste.
-Si pero, no quiero depender de ti. Sería muy mala de mi parte abusar de ti.
-Me gusta que abuses de mí. –Oh, ¡Alerta roja! Mi padre comenzó a hacer sonar la garganta, si Ji no fuera coreano ya estaría muerto. ¿¡Por qué hablas tan libremente!?
-Aunque tenga toda la comodidad Ji Yong ¿Usted cree que Antonia sea feliz? Estará sola allá. Su única amiga esta aquí y su familia también.
-Entonces vengan con nosotros. –una, dos, tres… todos impresionados y él tomando café como si nada.
-Nuestra vida ya esta aquí Ji Yong.
-Entonces déjennos hacer la nuestra. Antonia ya es adulta y puede decidir por si sola. Que ella misma les diga que anoche me dijo que si iría conmigo. No la persuadan.
-No sea insolente Ji Yong.
-No lo soy Isabel. Solo digo la verdad. Usted quiere que ella sea feliz y créame que cuando hable con usted ayer y dije que conmigo Antonia sería feliz se lo dije de verdad. Tanto como usted y tanto como el Sr. Martins, yo también me preocupo por su bienestar.
-¡Bueno ya! Hablan de mí como si yo no estuviera. Mamá, Ji tiene razón. Y tú también la tienes. Sé que te preocupas por mí, pero siempre supiste que viajar fue uno de mis sueños desde pequeña y ahora que cumplí el mayor de mis sueños el de ser diseñadora todo se hace más fácil.
-¿Abusaras como el dice? –papá curioso.
-La ayudaré cuando me necesite. Su hija es muy capaz Sr. Martins. Antonia será una exitosa diseñadora.
-Pero no abusare de ti. Por favor entiéndelo.
-Lo entiendo. -¿Qué? Dijo “lo entiendo” wow.
-Esta bien. Son adultos y nosotros viejos. Solo espero que tomen de buena manera sus decisiones. Los jóvenes aun estan en la etapa de conocer gente.
-Amo a su hija y para mí no habrá nadie más que ella. Quiero que eso les quede claro. No pretendo ser insolente.
-Lo entiendo Ji Yong. Pero toda relación necesita tener su verdad. Conocerse el uno al otro.
-Mamá por favor.
Ya habían pasado los dos días que quedaban. Ji se levantaba, desayunaba, se iba a su estudio, almorzaba, volvía a su estudio, merendaba, iba a una de las habitaciones, cenaba, y volvía a su habitación. No nos quitaba el saludo, pero a mi no me hablaba. No como antes.
De: Antonia Martins
Para: Kwon Ji Yong
Fecha: 10 diciembre 2013 23:10
Asunto: ¿Buenas noches?
Sr. Kwon
No sé si estará de humor. No me ha hablado como corresponde, ya que creo que soy su novia (lo dijiste hace dos días)
Extraño sus besos señor y sus ojitos de niño sonriente. ¿Estas enojado conmigo?
Por favor, háblame.
A. Martins
Asistente de Gerencia
Empresa textil G-Sex
De: Kwon Ji Yong
Para: Antonia Martins
Fecha: 10 diciembre 2013 23:12
Asunto: Duerme bien.
Eso creo.
Buenas noches.
Kwon Ji Yong
Gerente General
Empresa textil G-Sex
Genial, esta enojado. Mis padres se fueron, volvieron a Texas en jet, cortesía del Sr. Kwon.
¡Estamos solos! Por dios, ¿No quiere hacerme nada?
De: Antonia Martins
Para: Kwon Ji Yong
Fecha: 10 diciembre 2013 23:16
Asunto: Enojado.
¿Muy enojado? ¿No quieres jugar? Acabo de darme cuenta de que mis padres no están. Gracias por ser atento con ellos.
Te extraño, ¿Por qué no me cantas?
Quiero conocer a G-Dragón.
Antonia.
Asistente de Gerencia que se muere por escuchar a su novio.
Bien. Si quiere enojarse que lo haga con ganas. Aunque pensándolo bien, después de que me dijo no sé quienes son Big Bang. Conozco a Seungri. Pero los demás ni idea.
Tengo ganas de buscar en Internet pero algo me dice que no debo hacerlo, que tal si Ji se enoja.
¡Espera! ¿Necesito de su consentimiento? Por favor Antonia ¿Desde cuando necesitas consentimiento para hacer algo?
Metida en la cama de mi habitación me arrastre hasta la puerta. Recordé que deje el portátil en mi estudio. Es la hora de investigar. Allá voy por ti… San google.
Cuando salí la luz de la habitación de Ji estaba apagada, la luz en si estaba con la luz apagada, solo se veía la luz del pasillo y de los faroles al exterior. A pesar de que estábamos en diciembre, Nueva York es un hoyo de hielo, pero por extraña razón mi cuerpo ardía. Suelo dormir solo con polera. Ahora utilizo un short extremadamente corto. Para mi es algo normal, pero para Ji es extremadamente sexy. Bueno para él todo es sexy. Y cuando digo todo es todo.
Me devolví dando saltitos y tarareando “Sex on fire” de Kinas of Leon. Desde que me propuso ser sometida me encanta esa canción.
De repente sentí un escalofrío a mitad de escalera. Me detuve, mire hacía abajo y recordé todas las películas de terror que hemos visto con Verónica. Pase saliva y continué mi camino. Alce la vista y Ji estaba parado a mitad del pasillo. ¿Me habrá esperado?
-¿Dónde estabas? Es casi media noche. –me miraba fijamente. No podía distinguir su humor.
-Este… yo fui por esto. –levante el portátil para que lo viera. –Pero ya me voy a la cama.
-¿No quieres escucharme cantar? –vi sus ojos. Y el escalofrío volvió. Mierda, no puedo saber como esta de ánimo. Dame una señal. -¿Quieres? Tu mail era algo demandante.
-No lo era.
-Así lo leí
-Bueno, solo si quieres.
-Solo dime si tú quieres.
-Oh, Ji… yo, no sé. Solo lo escribí, no pensé.
-¿Quieres escucharme cantar?
-No quiero que te enojes conmigo
-¿Quieres escucharme cantar… Antonia?
-Ji no quiero que te enojes.
-Dijiste que querías escuchar a G-Dragón. ¿Qué fue lo que te mencioné respecto a ese nombre? ¿Seguirás desobedeciéndome?
-Solo quiero azotes.
-No Antonia. Tú quieres hacerme enojar. Y ¿Sabes qué?
-Tú jodido temperamento se fue a la mierda. Si, creo que he escuchado antes. ¿Qué harás al respecto?
-Suelo dejar que mi temperamento piense por mí pero no esta vez Antonia. Esta vez no será así.
-¿Qué?
-Te cantaré. Ven conmigo. Deja tu portátil en la habitación. –OMG ¿Qué sucedió? Termine de subir las escaleras, fui a dejar el portátil y me esperaba con las manos en los bolsillos.
-¿No estaré en problemas después?
-Quieres azotes. Pensaré en ello.
-Sé que lo harás. ¿Dónde vamos?
-Al cuarto oscuro.
-Oh…
-Así le llamas tú a mi cuarto.
-Pero… me dijiste que no me asomara por ahí.
-Sé que eres curiosa, sabría que algún día ibas a ir y mirar.
-Oye me ofendes, soy curiosa no intrusa.
-Es lo mismo.
-No lo es.
-Que si.
-No lo es. Curiosidad es conocer algo nuevo… algo que llame la atención.
-¿E intrusear no lo es?
-Es con maldad.
Arqueó las cejas. -No me digas. ¿Curiosear es bueno e… intrusear es… malo?
-Si. Lo haría solo por curiosidad.
-Bien. Bienvenida a mi mundo. Bueno… ex mundo.
Abrió la puerta del dicho “cuarto oscuro” y unas cosas que para mí eran raras para él eran su mundo.
-Pensé que yo era tu mundo. –sonrió. -¿Qué es toda esta mier… Uhmm… cosa?
-Un estudio.
-¿Estudio?
-Musical o grabación.
-¿Estudio de grabación? –asintió. -¿Tuyo? –asintió feliz. -¿Todo tuyo? –asintió sonriendo. -¿Estas feliz?
-Sip.
-¿Por qué?
-No lo sé.
-Entonces es aquí donde pasas las tardes antes de ir a cenar.
-Exacto ¿Por qué?
-Hoy fui a la habitación y no estabas. ¿Aquí cantas?
-No. Deje de hacer eso.
-Pero vas hacerlo ahora.
-Solo por ti.
-¿Traerá consecuencia?
-Ya lo pensaré.
-¿Me dolerá la consecuencia?
-Hasta el momento no has utilizado la palabra de seguridad. Así que no creo que duela. Aunque con todo lo que me has hecho y dicho estaría justo que lo dijeras.
-Si lo haces. ¿Crees que la usaré?
-Te dije que no pretendo llevarte a mis límites. Aunque deseo hacerlo. Por ahora siéntate aquí.
-¿Sobre ti?
-Hazlo. –lo mire. –No haré nada… por ahora. Quiero mostrarte como funciona. Ven.
Me dio su mano para que la tomara, mientras esperaba un poco me miro a los ojos, me decía que no haría nada malo. Su cara mostraba felicidad. Es como un niño, el cual le muestra su juguete más preciado a una persona especial para él. ¿Seré yo su alguien especial?
-Si aprietas este botón jugaras con los niveles de melodía.
-Son muchos.
-Lo son. Solo subes y bajas. Depende como quieras la melodía.
-¿Y como sabré lo que quiero?
-Porque te gustara escucharla.
-¿Tú como sabes cuando te gusta una melodía?
-Porque planeo lo que quiero. Tengo una idea de ello. Y comienzo a jugar.
En ese momento cuando su mano derecha me distraía mostrándome los botones sentí los dedos de su mano izquierda cerca de mi entrepierna tan solo sentir su roce me hacía enloquecer.
-¿Así que lo planeas?
-Ábrete para mí Antonia. Quiero jugar hacer melodía contigo.
-¿Cómo vas hacerlo?
-Ya lo verás nena.
Me abrí para él y su dedo comenzó acariciar de arriba abajo. Yo daba pequeños brinquitos.
-Quieta. Me encanta tu humedad. Siempre lista Srta. Martins.
-Lista para usted Sr. Kwon. –y me perdí. Con su mano derecha guio mi cabeza hacía atrás y comenzó a besar y mordisquear mi cuello. ¿Cómo hará melodía conmigo? Solo jadeaba y gemía despacio. Movió más a fondo sus dedos y pellizco mi clítoris. -¡Ah!
-Si nena. De eso hablaba. Déjame escucharte.
-Si.
-¿Sabes algo Antonia? Quiero follarte sobre mi juguete musical. ¿Quieres que te folle?
-Ah. Si. –hablaba y me preguntaba a medida que tocaba mi clítoris y mordisqueaba mi cuello.
-¿Vas a seguir desobedeciéndome?
-N-Ahh. No sé.
-¿No sabes? –ahora su mano derecha estaba en mi pezón derecho. –Esto esta duro. Siempre lista nena. Me encantas.
Comenzó a masajear de forma continua entre mi clítoris y mi pezón. Su lengua recorría mi cuello y a veces alcanzaba mis labios. Su lengua la sentía en el fondo de mi garganta. ¡Me saboreaba! Gemí entre sus besos. Me miro a los ojos y susurro.
-Déjate correr, nena. –me deshice sobre él… entre mis bulliciosos pero necesarios gemidos. -¿Aun sigues conmigo?
-Hmmm…
-¿Eso es un sí?
-Hmmm… -sonreí.
-Bien, te voy a quitar la ropa. ¿Te encuentras bien?
-Has lo tuyo, nene.
Pude imaginar como arqueaba sus cejas, y sus ojos observándome divertido. Como me enloquece este hombre.
Poco a poco me sentía ligera de ropa, mis pezones se endurecieron al sentir el tacto de Ji. Me sentó arriba del tablero.
-¡Au!
-¿Qué sucede?
-Me haces daño.
-¿Qué?
-Tu juguete me lastima.
-¿Cómo?
-Las teclas… esas cosas. –vi como llevaba su antebrazo a lo largo del tablero y levanto todas las teclitas para hacer melodía. Me sentó nuevamente y comenzó a besarme. Su lengua recorría toda mi boca. Me comía. Fue un beso muy apasionado. Muy necesitado para ambos. Escuche como bajaba el cierre de su pantalón, su pene rozaba con mi clítoris… simulaba entrar y luego salía. Se me hacía desesperante eso.
-Ji…
-Shhh
-Fóllame.
-Lo haré.
-Por favor.
Me miro a los ojos y beso mi nariz. –Amo cuando suplicas. Pero es parte de mi castigo nena.
-Por favor Ji.
-¿Qué quieres? –susurro suave besando mi lóbulo.
-Quiero que me folles.
-¿Solo eso?
-No…
-¿Qué más quieres?
-A ti. Te quiero a ti.
-Deseo concedido preciosa. Ya me tienes.
-Ahhh…
Su pene entró por completo en mí. Me sentía tan llena. Tan completa. Estoy complacida con semejante trozo de carne y nervio.
Comenzó a mover lentamente las caderas. Le quite su polera.
Lo abracé a mí. Mis pezones quedaron unidos a su torso. Mientras el me embestía suave, poco a poco aumentando el ritmo, yo acariciaba su espalda y mordía su cuello. Adoro escucharlo gruñir cuando lo hago.
-¡Ah! Ji. Sí. Así… ¡AHH!
No podía resistir más. Tenía que correrme. Ji me beso y nos fuimos completamente juntos. Descanse mi cabeza en su hombro mientras él salía y besaba mi frente. Estaba exhausta. ¡Dios! Es una máquina de placer.
-Hora del Show Antonia. ¿Estas conmigo?
-Hmmm…
-No te duermas.
-¡Hmmm!
Me sentó en la silla después de ayudarme a vestir y se fue a la cabina. Apretó unas cosas y una melodía comenzó a sonar.
Escucharé por primera vez.
En primera fila.
A G-Dragón.
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Ganas de tí
Hayran KurguSINOPSIS -Muy bien señorita, lo dejamos para mañana, puede retirarse -Buenas noches Sr. Kwon -Buenas noches Srta. Martins -dice, fríamente. Todos los derechos a Pali Jiménez Molina