Sonreía como una estúpida. Caminaba de un lado a otro sin tomarle atención a Ji Yong. De verdad pensaba que esto sería un sueño, porque de verdad siento que lo es.
Lo único que podía hacer era sonreír, mientras que Ji Yong se ponía rojo de lo enojado que estaba por no hablarle y pasar al lado de él como si lo ignorara. Realmente no lo ignoro, solo que siento que es un sueño.
-Deja de caminar ¡Joder! Explícame de una puta vez que hacías con Seung Hyun de la mano y saliendo de una cafetería. -me detuve un momento solo para alimentarme de ese tono de cabreo total. Cerré los ojos y no volvía a la realidad, ¿Seguiré soñando? -Antonia te estoy hablando. -su voz... si, esa voz que me recuerda que si pasa un segundo más vendrá a mí y me acostará en sus piernas y... -¡Maldición! Responde de una jodida vez.
Nuevamente lo ignore, camine hasta la habitación y fui al baño, saque el pastillero amarillo del mueble y lo lleve conmigo al comedor. Pensar en que Ji estaba ahí conmigo me hacía retorcerme de nostalgia. Mi sueño parece real.
-¿Quieres cabrearme más? -me dijo levantándose mientras me dirigía al otro extremo de la mesa.
-Siéntate. -le ordené. Obvio, le ordené con voz de mando. -Ahora.
-No Antonia. Aquí las órdenes las doy yo.
-Siéntate, Ji Yong. -dije, así mismo, con el mismo tono de él cuando me ordenaba algo y estaba jodidamente cabreado. -No querrás que me marche. -me miro. - No sin antes saber primero tu lado de la historia. -coloque el pastillero en la mesa, lo deje casi golpeándolo. -¿De qué intentabas protegerme Ji? -sus ojos se abrieron, realmente dudé si se había impresionado. -Aquí el único que me debe una explicación eres tú. Así que por favor. -cargué mis voz. -Ve haciéndote a la idea de pensar bien las cosas.
Como imagine se quedo en completo silencio, estaba parado del otro lado de la mesa, con sus brazos cayendo a los costados, vestido de forma impecable, con los hombros caídos y con la cara de desesperación. Sus ojos estaban llenos de tristeza. Era ahora o nunca, debo estar en completo orden.
-Estoy esperando. -apretó sus puños a los costados, su mano izquierda tenía una especie de mancha... ¿Será que...? -¿Qué es esa mancha? -guardo su mano izquierda dentro del bolsillo y me dio la espalda. -¿Estuviste en el aeropuerto cuando llegué? -me acerque a él. -Estuviste ahí y me dejaste la maleta... -sentí que mi pecho se apretaba, mi garganta la sentía hinchada... -Estuviste ahí y siquiera fuiste capaz de decirme que te irías. ¡Estuviste ahí y no me hablaste! ¡ERES UN MALDITO!
-Puedo explicarlo. -respondió aun dándome la espalda. Veía que sus hombros se caían, él también tenía su peso de todo esto, pero aquí la victima soy yo.
-¡ME VALE MIERDA TUS EXPLICACIONES! ¿Sabes qué? Será mejor que me vaya de aquí, no mereces que gaste mi tiempo contigo. No después de todo lo que hiciste.
-¡No vas a dejarme! -se volteo y quedamos viéndonos a los ojos. -No dejaré que te vayas de mi lado, te he ocultado muchas cosas que ahora me duelen, no te lo dije antes porque tenía miedo... tenía miedo de que me dejarás para entonces y tengo miedo de que lo hagas ahora.
-¡No quiero escucharte! He esperado por ti lo suficiente y no has sido valiente.
-Dijiste que esperarías por mí. -sus ojos estaban llenos de lágrimas, me dolía verlo así pero en verdad me sentía engañada por él. -Tú lo dijiste... -sus lágrimas cayeron y su cuerpo se desvaneció, cayó de rodillas ante mí y sollozo.
Cerré mis ojos y mis lágrimas también cayeron. -No vas a convencerme de esta manera Ji Yong. No otra vez.
-¡No te estoy convenciendo joder! Te estoy explicando. -sentí su mano en mi muslo derecho pero retrocedí.
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Ganas de tí
Fiksi PenggemarSINOPSIS -Muy bien señorita, lo dejamos para mañana, puede retirarse -Buenas noches Sr. Kwon -Buenas noches Srta. Martins -dice, fríamente. Todos los derechos a Pali Jiménez Molina