Ganas de tí.. ahora y más - Capitulo 3

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----“Hoy tengo ganas de ti… Hoy tengo ganas de ti…”---

¿Qué canción es esa? Ganas de ti. Recuerdo cuando Ji me lo dijo… “Antonia, tengo ganas de ti”.

-Vamos borrachita. Hora de levantarse.

Sonreí cuando sentí el cuerpo de Ji aplastando el mío. -¿Me despiertas con besos?

-¿Hay algo más con que quieras que te despierte?

Abrí mis ojos y mire los suyos. -¿Se puede despertar de otra manera?

-Estas insaciable nena.

-Tengo ganas de ti.

Me miro gracioso. -¿Ahora y siempre?

-Ahora y más

-¿Ahora y más? –piensa. –Recuerdo cuando me pedías más.

-No se cuando me dormí. ¿Dormí o me desmaye?

-Te dormiste. ¿Recuerdas algo? –salió de encima y se acomodo al lado. Tenía puestos sus jeans. El abdomen desnudo y estaba descalzo. Me encanta verlo de esa manera. -¿Antonia?

-Pues, anoche fui al baño de la fiesta, ¿No?

-Si… ¿y?

-Y te metiste dentro.

-De hecho tú me metiste dentro. Cerraste la puerta y comenzaste a besarme.

-¿Me follaste en el baño?

-Tú me follaste a mí. 

-No recuerdo. –mire a mi alrededor. -¿Dónde estamos?

-En el departamento.

-¿Qué hora es?

-Casi las cuatro y media de la mañana. Te traje aquí porque no quería que nadie viera lo que me hacías en el baño. En el auto comenzaste a besarme y a tocarme. Y terminamos aquí, en la cama.

-Recuerdo que estuvimos en la sala.

-Y en la alfombra también. Te folle contra la pared del pasillo.

-Y terminamos aquí.

-Si.

-A que bien. ¿Cómo te fue controlándome? –sonreí.

-No te burles. Fuiste muy desobediente.

-Solo bebí un vaso más.

-Dijiste que querías seguir follándome. Salimos del baño y te pusiste a bailar con Verónica. Luego se fueron a la barra y pidieron el famoso “Mojito”. Ambas bailaban y cantaban.

-¡¿Dices que me emborrache?!

-Si. He hice que vomitaras. No me gusta follar cuando alguien esta medio inconsciente.

-Yo si lo estaba.

-No es cierto. Estabas cansada pero no inconsciente. Ahora levántate. Tus padre creen que estas en la fiesta aun.

-¡Mis padres! Los había olvidado. Mierda.

Recordaba cada escena. No me emborrache, solo disimule haberlo estado. La cara de Ji en ese entonces era de preocupación y enojo. Realmente no tuvo el control. Hice que su temperamento se fuera a Júpiter o, aun más lejos. 

Me vestí más rápido de lo que acostumbro. ¿Cómo le haremos cuando lleguemos a la villa?

-¿Cómo se supone que dormiremos?

-Dormirás conmigo Antonia.

-Están mis padres allí.

-¿Y?

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