Ganas de tí... Por siempre Capítulo 21

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Estaba en un maldito dilema.

Fui a casa de mi futura suegra y cuñada y les comenté todo lo que estaba planificando, desde la empresa hasta mi relación con Ji Yong, y ese bebé en planes de pañales.

¡Estuvieron eufóricas creyendo que sí estaba embarazada! Pero le dije que no, que solo era mi plan, y al decir “mi plan” sus reacciones no fueron las mismas.

¿Acaso hice mal en decir “mi plan”?

-Me siento agotada James, me iré a dormir. –le dedique una sonrisa. –Ji no me ha llamado y no quiero responder llamadas, de verdad me siento agotada.

-Antonia…

-Tranquilo, coméntale mi día y de la ida al psicólogo. Que me llame mañana o me deje un mensaje, de verdad por hoy no quiero hablar con él.

-Está bien… -me sonrió. –Descansa.

Subí las escaleras con toda la intención de entrar a mi habitación, desnudarme y dormir toda la noche. Pero el rostro de Dami y la madre de Ji me hacen pensar que el doctor Jung estaba en lo correcto.

Él no estará preparado para ser padre, y no lo estará si yo se lo pido. Mucho menos, si le digo que me iré. No puedo pensar ni ser tan egoísta.

¿Qué pasaba por mi mente?

Cuando entro, los gatos me saludan olfateando mis zapatos. Voy al baño y apenas puedo, me meto a la cama y duermo.

Y lo admito, dormir sin Ji me está costando. Pasé de odiar sus abrazos nocturnos a extrañarlo.

Lo extraño, aunque peleemos. Aunque estemos de extremo a extremo. Aunque él diga que no y yo sí.

Al siguiente día, cuando salí de la ducha, recién tomé mi teléfono, y era evidente que me dejaría buzones de voz y llamadas, incluso mensajes. Pero no quería leerlos aún. Quiero mantenerme ocupada.

-Buenos días James.

-Buenos días señora, el señor Kwon me ha pedido que le hablara apenas la viera. Hágalo, por favor. –al oír eso me pongo en alerta.

-¿Pasó algo malo?

-No.

-Dime, estoy segura que te interrogo cuando le dijiste que fuimos al psicólogo. ¿Es cierto? –su cara lo delata. –Vamos James, dime. –dio un suspiro.

-Volverá pronto. Me dijo que se lo dijera.

-¿En tono amenazante?

-En tono amenazante.

-Vale, sé que me dejó el teléfono lleno de mensajes, buzones y llamadas, pero no quiero hablar con él. Me siento tan mal por lo que he estado pensando y, no quiero lidiar con él.

-Si me permite, él querrá saberlo todo. Usted sabe cómo es, y si han discutido, ambos querrán saberlo, ¿Hay algo que pueda hacer por usted? –asentí.

-Mantenme ocupada todo el día James, quiero despejar mi mente antes que él llegue.

Y apenas llegamos a G-Sex, estuve toda la mañana entrevistando a los estudiantes universitarios, me han agradado todos, y como sabrán, todos están capacitados para mantener una empresa, al igual que yo.

Más tarde tengo la cita con el diseñador.

-James, ¿Puedes traerme un mockaccino? –asomé mi cabeza, salí de la oficina y él estaba leyendo el periódico.

-Por supuesto.

-Y una barra de chocolate por favor.

-Sí señora. –se levantó y se fue directo al ascensor.

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