Reclutar a la nueva secretaria. Tengo una lista bastante grande. Hay muchas que parecen ser perras, no quiero una segunda Kate merodeando por aquí.
-Cuéntame, ¿Por qué quieres trabajar para G-Sex?
-Es una empresa muy reconocida. Además planeó estudiar diseño y tener esta empresa como referencia más a futuro. Tan solo tengo veintiún años y necesito costear mis estudios. –me encanta, es como yo.
-Tienes grandes sueños. –dije, recordándome a mí misma hace casi dos meses atrás.
-Si, me gusta soñar en grande.
-Antonia, ¿Dónde están las impresiones de la reunión de esta tarde?
-En mi escritorio Ji. –él se acercó a nosotras. Me cedió la sala de juntas para hacer mis entrevistas. Se acerco nada más y nada menos para darme un beso en la frente y meter su nariz donde no lo llaman.
-Hola, soy Ji Yong. –estrecho su mano a la entrevistada.
-Carmen. –dijo en voz baja, titubeando y ruborizada como una colegiala. Lo menos que quiero es una mujer que se comporte así con mi hombre. Claro que no. Esta perrita no.
-Bien Carmen. Te llamaré a futuro. Gracias por venir.
-Gracias a ti. –y torpemente tomo sus cosas. Ji solo sonreía mientras no quitaba su vista de mí. La chica salió y nos quedamos allí.
-¿La llamarás a futuro? –pregunto con una mano en su boca, obviamente tratando de ocultar las ganas que tenía de reírse.
-Por favor, no te entrometas en mis asuntos.
-Ella no me gusto desde que la vi. Además su ropa interior se humedeció de tan solo verme. ¿Quieres a alguien así?
-No. Pero no vuelvas hacer eso. No quiero que piensen que soy una chupa bolas.
-No lo eres. Yo sé de que no y eso debería importar.
-Bien, tengo la última chica. Si no la encuentra ¿Qué pasará?
-Necesito a alguien que se quede aquí para comunicarme con ella laboralmente.
-¿No puedo quedarme aquí para cumplir esa función?
-¿Quién se irá conmigo?
-Puedo ir y venir.
-¿Crees que tengo suficiente dinero? –sonrío al decirlo.
-Creía que ibas al baño y mágicamente salía dinero. –se carcajeo. Recordó la última vez que estuvimos en el departamento, derramo vino en su ropa y fue al baño a cambiarse. Tomo algo de dinero de sus pantalones y lo saco entre sus manos.
-No cago dinero. –siguió sonriendo y me beso. –Te dejo continuar con tu trabajo.
-Gracias Sr. Kwon
-De anda Sra. Kwon
-Por favor no interrumpas.
-Claro Sra. Kwon
-Y por favor haga pasar a la última entrevistada.
-Si nena. –sonreí. Estas bromas me están gustando.
Salió Ji y luego entro una chica muy guapa para mi gusto. Ji se asomo y me guiño. Idiota. La única ropa interior aquí que se moja es la mía.
-Hola Abigail, por favor siéntate.
-Disculpe si soy desubicada, pero me gustaría que me dijera Abby. –arquee mis cejas.
-Claro Abby, puedes llamarme Antonia.
-Si. –esta chica se veía relajada y empoderada. Me fije bien en su look y parecía una muñeca. Su cabello era de una melena negra, tu tono de piel igual que la mía y unos hermosos ojos verdes… ¿Tentación para Ji Yong? Físicamente era normal.
-Cuéntame de ti. ¿Por qué quieres trabajar para G-Sex?
-Soy hija única de padres separados. Mi padre se caso nuevamente cuando yo tenía doce y mi madre me dejo a mi suerte a esa edad. Actualmente tengo veinticuatro, soy independiente. Me falta un año para terminar Administración de empresa y más adelante pretendo estudiar diseño gráfico; también estoy en un curso de informática. Vivo en nueva york hace siete años.
-¿De donde eras?
-Nueva Jersey. Escape de allí. Me estaba hartando lo mismo.
-¿De que escapaste? –me miro confundida. –Si se puede saber.
Tomo aire. –Fui abusada por mi abuelo y violada por mi tío. Ambos lo hacían, mi madre se entero de ello y me dejo a mi suerte… como dije antes. Mi abuela por parte de papá también lo supo y me llevo con ella. Mi papá no lo supo, él solo piensa en su hijo varón. Siempre quiso uno. –me quede paralizada. Dios, que terrible. –Es un tema superado. No te preocupes.
-Lo lamento.
-No lo hagas. Ya paso. Prácticamente siento que me tienen lastima porque lo digo. Otros dicen que lo uso como algo para que la gente me tome en cuenta. Pero quiero decirte que no es así. Fue algo que me paso y lo llevo conmigo como carga, pero de corazón te digo que ya es algo superado.
-No se que decir. –dije aun más sorprendida. Nunca habría pensado en ello. Eso es algo terrible.
-Continuemos con la entrevista. –sonrió. Demuestra que tiene mucha fuerza psicológica.
-¿Quieres algo de tomar?
-Un café por favor.
-Vengo enseguida. –salí de allí y vi que Ji estaba merodeando en mi escritorio y sentado en mi asiento. -¿Qué haces ahí?
-Por dios ¿Estas bien? –se paro de inmediato y vino hacía mí. Tomo mi rostro y vio mis ojos. -¿Qué tienes? Estas pálida.
-Estoy bien. Solo que… nada. Vine por café.
-¿Esa chica te hizo algo?
-Para nada. La entrevista va bien.
-¿Segura?
-Si. ¿Todo bien?
-No encuentro las impresiones.
-Están allí.
-Tú escritorio es un campo de batalla.
-Es el peso de ser secretaria, asistente, novia y casi sumisa.
-Solo eres mi novia Antonia. Ya hablamos de eso.
-Ok. Voy por el café.
-Puedes sacarlo de mi oficina. Esta recién hecho.
-Gracias. –camine hasta allí y Ji me siguió. Se puso detrás un poco meloso.
-¿Tienes tres minutos?
-Tengo una entrevista.
-Por favor. –se acercó más y sentí su erección. –Solo tres minutos.
-Llevo pantalón. Necesitaras más tiempo.
-Puedo arrancarlo. –beso mi cuello. –Puedo dejarte desnuda en mi escritorio y hacerte el amor.
Extraño eso de “Follar”… “Te follaré”… “Necesitas una follada”. Desde ese accidente en la villa, no hace ningún acto de BSDM.
-Esta noche.
-No puedo esperar.
-Si puedes… tengo… tengo que… terminar la entrevista. –en ese momento se cayó la tapa del azúcar y me agache. La tapa a la altura de los pies de Ji y tuve que voltearme. Me quede frente a su pelvis. Y mire descaradamente su bulto. ¿Podré hacerlo? Ji por su parte me quedo viendo desde arriba.
-¿Qué piensas? –alce mi vista y mordía su labio inferior, su rostro era la perversión pura.
-Nada. –me levante y tome las tazas con café. Arranque de allí. Sentía mi pulso a mil. Entre a la sala de juntas y allí estaba Abby, cómodamente esperando.
-¿Todo bien Antonia? Estas roja.
-Bien. Solo que… me queme. –me acerque y proseguí.
Tardamos hora y media en la entrevista. Todo lo que ella decía me parecía interesante. Me llamaba la atención todo.
-Y por eso G-Sex es mi favorito.
-Yo viajaré a Seúl y--- -Ji entro. Se acerco e hizo lo mismo que la otra vez. ¿Hablo en chino o que?
-Soy Ji Yong.
-Abigail. Pero puedes decirme Abby.
-Lindo, para alguien linda como tú. –y saco sus dotes de don juan.
-Mi novia dice lo mismo. -¿Novia? Ji se quedo sorprendido y yo más.
-Abby ¿Tienes algo que hacer ahora?
-Mmmm. No ¿Por?
-Quedas contratada. Si quieres hoy puedes familiarizarte. – se puso muy feliz y sonrió. Casi grita de la emoción. –¡Que emoción! Antonia muchas gracias enserio.
-Las invito almorzar. –dijo Ji ¡Que descaro! Sonreí.
-No, muchas gracias, me había quedado de almorzar con Mónica.
-Bien. Nos vemos a las dos treinta. –dije y ella salió más que feliz.
-¿Era necesario quedarte hora y media?
-Ahora ya sé porque me atraía lo que decía.
Arqueo sus cejas. ¿A si?
-Solo bromeaba. –lo mire coqueta. ¿Tienes los tres minutos? Creo que se me apetece el postre.
Ese polvo estuvo exquisito. Hacer el amor sobre la mesa de la sala de juntas fue lo mejor. ¿Quién iba a creer que a mí me encantaría el sexo oral? La lengua de Ji es magnifica. Y que decir de sus manos, ¡Caray! Y de su duro pene… exquisito. Medida perfecta para el alcance perfecto. ¿Cómo me atreví a tocar su pene una vez más? Ese trozo de carne es solo mío. ¡Que morbosa te has puesto Antonia!
-Antonia… ¡Antonia!
-¿Qué?
-¿Mujer donde andas? ¿Dónde pongo los archivos?
-Déjalos en la oficina de Ji. En el estante.
-¿Puedo preguntarte algo? –la quede mirando. Creo que ya sabía de lo que se trataba. -¿Tú y el jefe…?
-Si Abby. El jefe y yo si. Estamos saliendo. Somos novios y amantes. –sonó a que marcaba territorio. Para la próxima orinare encima de Ji. Así como los perros.
-¡Semejante puesto!
-¡Eh! No, no, no. No soy asistente por acostarme con él. Fui su secretaria mucho antes de salir con él.
-No te discrimino, para nada. Cada quien vive su relación a su manera. Solo que la mayoría de la gente no lo pensará igual.
-Desde que salgo con él me da igual como piense la gente. Aunque te mentiría que a veces me siento mal por como algunos interpretan esto. Por eso nadie de aquí debe saberlo. Nadie lo sabe hasta ahora.
-Que se joda la otra gente y no te preocupes. Oye… ¿No se molestaría si entro yo?
-No. A pesar de nuestra relación lo laboral es aparte. Además de ahora eres su secretaria. Puedes ir y venir siempre y cuando golpees antes de entrar. Odia que entren inesperadamente.
-Ok. –me miro. -¿Es chino?
-Coreano.
-Entendido. Entonces golpeo. –asentí y se fue directo a la puerta. Golpeo tres veces y luego entro. Es famoso en Ji el famoso golpecito.
-Deje la puerta abierta Abby. –lo escuche decir.
-Si señor. ¿Le molesta que instale estos archivos?
-Por supuesto que no. ¿Dónde esta Antonia?
-Afuera. Esta atareada con algo.
-Bien. Mientras ella sigue atareada. Tú y yo tendremos una pequeña charla. –que seria voz. –Antonia te reclutara. Por ende debes ser un apoyo para ella y para mí cuando ella no este. Entre ustedes dos me mantendrán informado de todo lo que pasa en G-Sex y yo intentaré mantenerlas informadas a ustedes. ¿Entendido?
-Si señor.
-Antonia es mi novia y no es una chupa bolas como diría la demás gente. Lo laboral y personal es absolutamente separado.
-Entendido.
-Y lo último. Cualquier mensaje, via mail, llamada, buzón, carta, señales de humo por parte de Antonia me lo harás saber. No importa lo que este haciendo o lo ocupado que este. ¿Entendido?
-Si señor.
-Bien. Eso es todo. ¡Ah! Por cierto, Antonia y yo a veces hacemos reuniones espontaneas. Si vez que ella y yo estamos aquí o en la sala de juntas por nada del mundo nos interrumpas. -¿Qué haré con él? Completo descaro.
-Seré discreta en ese sentido. –claro que sentido. Supongo que ya supo de esa “junta”.
-Perfecto… ¡Antonia! –me llama el jefe.
-¿Siiiiiiii?
-Entra y cierra la puerta. -¡Oh si! “Reunión espontanea”…
Nos demoramos veinte minutos en hacer todo lo que Ji quería… digo “quería” porque no hicimos nada de lo que yo esperaba.
Yo quería recibir azotes. Quería que me poseyera de forma dominante. Pero en esta ocasión domino el polvo rosa. Igual de exquisito pero no es lo mismo. Yo quiero más, pero ¿Cómo se pondrá cuando se lo diga? Aun recuerdo cuando decía que solo yo podía llevarlo a sus límites. ¿Acaso esa vez en la villa fue su limite? No lo creo. Los celos lo dominaron esa vez. Y él no era quien estaba allí.
-Abby. No me siento bien.
-¿Qué te pasa?
-No lo sé. De repente sentí un mareo, calor. No sé, no me siento bien. Hasta me duele la cabeza. –Ji Yong salió y escucho todo.
-¿No estas bien? ¿Qué sucede? –su cara de preocupación me encanto. Era la primera vez que me sentía así.
-Ji… ¿No te molesta si te dejo solo?
-¿Quieres ir a casa? –asentí. De verdad no me sentía bien. –Te llevo, toma tus cosas.
-Sr. Kwon… tiene una reunión en veinte minutos. –dijo Abby eficientemente.
-Mierda. –susurro. –Lo había olvidado.
-También yo. –respondí, pero ¿Cómo? Yo misma en la mañana imprimí parte de las impresiones. –Perdóname, me quedaré y---
-Ni hablar. No te conozco pero tienes cara muy pálida y dice que estas muy mal. –Abby comento con firmeza. –Yo me ocupo de todo. Pero el Sr. Kwon debe quedarse. –con Ji nos miramos. La manera de dar órdenes me gusto, pero a Ji no.
-Disculpa Abby pero aquí el que da las órdenes soy yo. –soonreí. Su manera de ser tan controlador y temperamental no dejo que alguien más domine. Mucho menos después de saber su condición sexual. Yo no tengo nada en contra. De hecho me agrada la idea de trabajar con alguien así.
-Ji. Lo que Abby quiso decir es que---
-Eres MI chica y velo por ti. -¡Ahora entendí! Meando hipotéticamente
-Sr. Kwon sé que me van las mujeres y Antonia es una mujer bellísima. Pero créame que lo menos que quiero es follarme a la chica del jefe. Mucho menos en mi casi primer día de trabajo. –ahora dude si era pasiva o activa. En la mañana parecía pasiva. –Si usted se va ¿Quién carajo hará la reunión? –ambos arqueamos las cejas.
-Punto número uno Abby. Antonia es mía y el único que se la folla aquí soy yo ¿Entendido? Punto número dos. Que mi chica te haya contratado no quiere decir que puedes decir esas palabras de tanta confiabilidad y punto número tres. Si la miras o piensas algo morboso de ella yo mismo te despido.
-Vale. Pero Sr. Kwon la reunión es importante y el Sr. Hoffmann viene también. Él esta interesado en---
-Dile a James que te lleve. Vete ahora Antonia. –y su antena de “celosidad” se activo de inmediato.
-Ji, no la trates mal. –dije tomando mi bolso y en un susurro. –Abby muchas gracias. Te debo una. –sonrió triunfante. –Aunque estas a prueba. –su sonrisa se esfumo y con Ji sonreímos. –Los veo mañana.
-Cuídate Anto. –dijo Abby. –Yo me encargo de todo. Tú tranquila. –volteandome a ver a Abby mientras que Ji pulsaba el botón del ascensor, Abby me hacía un gesto con su mano sobre su abdomen. ¿Era forma de globo? Oh no. No es lo que yo pienso ¿O si?
-¿Todo bien preciosa?
-Ji. ¿Qué pasaría si me embarazo ahora, sin pensarlo, sin planear, solo paso y ya?
-Ni loco. ¿Has visitado a la doctora en las fechas correspondientes? –me miro buscando respuesta. ¿Cuándo fue la última vez que fui? Mierda, no recuerdo. –Antonia…
-Si…
-¿Si que? –me miro casi pálido.
-Si… -lo mire y sonreí. Ver su cara me hacía gracia. –Si le he visitado.
-Bien. –aunque no estoy segura.
James nos esperaba en el estacionamiento de la empresa. Se impresiono al vernos. Faltaban dos horas para irnos a casa.
-James, llévala al departamento. –ordeno Ji. –Asegúrate de dejarla allí.
-Si señor.
-Quiero ir a la villa. –dije mirado a los dos hombres. –No espero un no, quiero ir a la villa. O me lleva James o me voy yo. –le dije a Ji. –Yo manejo y te quedas con James y te vas con poncho.
-Déjala en la villa y luego vienes por mí. -¡Me ofende! No quiere a poncho.
-James no vengas y déjale las llave de poncho.
-Si no mal recuerdo tú estabas enferma.
-Si no mal recuerdo tú tienes una reunión. Me saludas a Hoffmann de mi parte. Desde aquella vez somos muy amigos.
-No me hace gracia. Vete ahora antes de qué---
-¿Azote?
Respiró. –Vete…
-¿James lo sabe?
-Con tu escándalo, seguro que si.
-Me cae bien. Consíguete tu chofer.
-Venderé a poncho.
-¿Qué?
-Compraré uno más cómodo para ti.
-¿Para qué quiero uno si me voy contigo?
-¿Dónde?
-Seúl. –solo me beso y me acaricio el rostro.
-Te amo Antonia. Te amo demasiado. Por favor, llega a casa y cuídate. Me iré a penas termine.
-Tómalo con calma cielo. –esa palabrita hizo que su rostro se iluminara completamente.
-¿No me dejarás verdad? ¿Nunca?
-Lo prometo.
-Dímelo.
-Nunca te dejaré Ji Yong. Lo prometo.
-Gracias Antonia. Gracias.
No sé porque ese gracias me llego hasta el alma. Me imagine a un niño, sonriendo, con todo el estilo, secándose una lágrima y dando las gracias con aquellos ojos almendrados y brillantes.
¡Oh mi dios! Necesito salir de esto. Necesito hacer algo. Necesito… escaparme de aquí.
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Ganas de tí
Hayran KurguSINOPSIS -Muy bien señorita, lo dejamos para mañana, puede retirarse -Buenas noches Sr. Kwon -Buenas noches Srta. Martins -dice, fríamente. Todos los derechos a Pali Jiménez Molina