Ganas de tí

Capítulo 15

-Mmmm… ¿Ji?

-¿Si?

-¿Puedo averiguar sobre el BDSM? Si tengo dudas puedo preguntarte. No me mires así.

-¿Has visto la traducción de lo que te dije esta mañana?

-No he tenido tiempo.

-Ya veo. ¿Vivirás conmigo?

-No.

-¿Por qué?

-No lo sé. Yo no quiero. ¿Vivir juntos para qué? ¿Para que me folles cada vez que quieras?

-Si.

-Hablo enserio.

-También yo.

-De hecho, tenía un cuarto para ti.

-¿Qué?

-Un estudio.

-¿Para mí?

-Si. Luego de cenar iremos a verlo.

-A propósito, vi unas cajas al final del pasillo. ¿Qué son? Están al frente del cuarto oscuro.

-¿Cuarto oscuro, así lo llamas?

-Si, porque es el más oscuro. ¿Qué son esas cajas?

-Nada. Antonia. Ese cuarto se mantendrá cerrado. No intentes entrar, yo tendré la llave. ¿De acuerdo?

-De acuerdo.

-Huele a quemado.

-¡Mierda!

Por estar pendiente de Ji, se me olvido que estaba cocinando, suerte que solo fue el olor. La cebolla estaba en buen estado.

-¿Primera vez que cocinas para alguien Antonia?

-No. Ya he cocinado antes.

-¿A quien?

-Si te digo te enojarás.

-¿Tú amigo?

-Si.

-¿Por qué?

-De hecho a Vero y Mike. A los dos.

-¿Estaban los tres?

-No. Verónica llego después. Pero Mike me ayudaba.

-Entonces te ayudaré.

-No es necesario.

-Lo haré. Dime que hago.

-Trae la carne y échalo junto con la cebolla. –se movía de manera automatica, un poco robotizada.

-¿Así?

-Si. Ahora júntalo. Tápalo y deja que se cocine.

-Bien. ¿Qué hay de la pasta?

-Eso demora menos. ¿Ji?

-Dime.

-¿Eres celoso?

-Mucho.

-¿Celabas a tus sometidas? ¿Puedo decirles sumisas?

-Lo eran. Y no, no las celaba.

-¿Hacías esto con ellas?

-No. Ellas cocinaban para mí. Yo solo comía, siquiera las acompañaba.

-¿Estabas pendiente de ellas? Así como conmigo.

-No Antonia. Tú eras la primera.

-¿Qué tengo yo?