Taehyung tal vez no era el chico más brillante, pero definitivamente se merecía a su media naranja, esa persona con la que estaría dispuesta a estar por el resto de su vida, ¿y qué mejor hacerlo a un estilo lleno de harina y huevos revueltos? O eso era lo que pensó el castaño aquella mañana fría cuando caminaba directamente a una panadería cerca de su hogar, para comprar eventualmente pan.
—Unos pasitos más y llegamos.— dijo alegremente sonriendo a su fiel gatito acompañante. Este maulló en forma de respuesta, sacándole una hermosa sonrisa cuadrada al castaño.
Al llegar a su destino, antes de entrar, divisó por el gran ventanal al panadero, anchos hombros y fuertes brazos, oh por Dios, cuanto deseaba ser aquella masa que todos los días moldeaba con sus perfectas manos. Sí, Taehyung admitía pervertido sueño, pero, ¿quien no querría ser tocado por aquellas manos de dios? Y ya al pequeño castaño le importaban poco las miradas que iban dirigidas hacia él, ya que se veía como una colegiala enamorada mirando a su hombre.
—Jesucristo, quita estos pensamientos impuros de mi cabeza.— susurró para si mismo volviendo a la realidad. Pero era claro que estaba más que conforme con aquellos pensamientos de aquel panadero de nombre desconocido haciéndolo suyo todas las noches.
Con un ligero sonrojo, sujetó con más fuerza al minino y se adentró al local, haciendo sonar la campanilla arriba de la puerta. ¿El panadero? Claro que lo ignoró, como todos los días que iba ahí y esa era la cruel realidad, ¿quien se fijaría en un adolescente de apenas dieciocho años? El cual tiene un enamoramiento con un hombre al parecer mucho mayor que él. Sí, aquel hombre jamás se fijaría en él, lo tenía entendido a la perfección, pero es que... ¡no podía dejar de ir a aquel lugar y observarlo! Era tan atractivo. Todas las mujeres, jovencitas y ancianas morían por él, en serio. Mientras que el pequeño tenía que aguantar su sufrimiento, incluso siendo ignorado por el mismo. ¿Acaso era tan notorio su enamoramiento?
Tomó el mismo pedazo de pan que agarraba del estante de madera, sigue derecho hasta topar y dos pasillos después encontraras un pan acaramelado hecho de nueces y relleno de lechera, era definitivamente delicioso. Luego dirigió su vista hasta el hombre, encontrándolo tan guapo como siempre, moldeando la masa.
Taehyung tragó duro pero siguió observando, era tan malditamente caliente, segundos después se percató que la empleada del otro lado del lugar lo observaba determinante, tal vez con molestia, el estar ahí parado mirando hacia el panadero no era muy normal que digamos y menos siendo él un hombre. Aún la gente seguía viendo extraño a dos hombres juntos, incluso el todavía no salía del clóset con sus padres, tenía tanto miedo de ser rechazado que aún lo seguía pensando.
Dejando el tema por detrás, caminó a pasos lentos tomando a su gatito con una mano y en la otra la grande charola junto con el pan dulce, acercó el producto hasta la chica que continuaba mirándolo de una forma poco agradable para su gusto lo que le hizo inflar un poco sus mofletes con la cabeza gacha. Pagó con el dinero justo, ya sabia el valor y eso era lo que siempre llevaba en su bolsillo.
—Gracias por su compra, esperamos verlo nue...— la muchacha no terminó su oración, era claro que no lo quería ver aquí de nuevo.
—A usted.— susurró bajito sin elevar la mirada aún.
Caminó hasta la salida con la mirada al piso, había sido descubierto por la muchacha y parecía no agradarle, ¡había hecho todo mal! ¿Ahora cómo volverá ahí con aquella chica? Seguro le diría al panadero, sí, seguro haría eso. Antes de salir, decidió dirigir su mirada al único hombre de sus sueños y como lo presentía, él seguía ignorando su presencia, eso nunca cambiaría, pero no podía de dejar ir a verlo.
—Jungkook.— escuchó la voz de la rubia justo antes de salir.
Y... ¡caracoles! Su corazón se detuvo por un momento, aceleró su paso hasta perder de vista el lugar, sentándose en una de las bancas del parque que quedaba a una o dos cuadras. Estaba procesando la información, preparándose para dar su grito de fanática enamorada, dejó la bolsa de pan suavemente en la banca, aún en shock, mirando de reojo al gatito que merodeaba alrededor suyo lamiendo sus nuevas converse blancas.
—¡Su nombre es Jungkook!— gritó despavoridamente, levantándose y alzando su puño al aire, haciendo que el pequeño gato diera un brinco del susto, que aquellas personas que caminaban cerca de él volverán a verlo, algunas con una sonrisa por aquella felicidad que emanaba en el momento y otras con pena, pensando que el castaño estaba haciendo el ridículo, pero lo poco que le importaba, ¡el nombre del panadero era Jungkook!
Este definitivamente era el mejor día de su vida, tanto tiempo que estuvo averiguando el nombre del alto, cada mirada rápida que dirigía hacia el pecho de este, buscando un carnet con su nombre o iniciales, pero nada. Y hoy, por fin, supo el nombre de su media naranja.
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Gingerbread Man //KookV// |EN EDICIÓN|
FanfictionTaehyung necesitaba a su hombre de jengibre, Jungkook podía ser eso y mucho más. Iniciada : 13/Agosto/2017 Terminada : 16 /Abril / 2019 -Contenido Adulto -Jungkook top! -Taehyung bottom! -Diferencia de edad ❗️