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Taehyung caminaba arrastrando los pies mirando al suelo, soltó un bufido cansado mientras alzaba la mirada.

Ser inteligente era tan cansado, la segunda semana de escuela por fin había terminado, el bendito viernes había llegado ya y él no podía estar más feliz.

Aunque su rostro no lo demostrase él por dentro estaba feliz, en serio.

No buscó a Jimin ni tampoco a alguno de sus compañeros, en el salón habían decidido que sería buena idea salir a dar un paseo por el inicio de un nuevo año y semestre, pero él no tenía nada de ganas de salir.

Estas dos semanas habían sido aburridas como ir a casa de su abuela, su rutina era levantarse, ir al colegio, estudiar como loco, llegar a casa, comer, hacer los deberes, cenar, asearse y dormir.

Aburrido. Esa era la palabra.

Pero hoy... hoy era un día diferente, algo dentro de su corazón destelló y entonces aquella idea estúpida se le vino a la cabeza.

Tal vez podría ir y...

¿Y hacer que Taehyung? ¿Entrar como si no se conociesen, comprar el maldito pan y salir de ahí como si nada?

Taehyung no pudo evitar llorar, secó las lágrimas rápidamente.

Fuera del instituto, sopesó sus opciones.

A la mierda.

Sí. Sin más rodeos.

Iba a ir, vería a Jungkook por el gran ventanal y se regresaría tan pronto como llegó.

¿Por qué iría? Bueno, era masoquista, ni siquiera había un porque.

Dentro de él aún existía la mínima esperanza de que Jungkook lo amase, pero sí fuese así... ¿por qué no lo busco en estas dos semanas?

Su única respuesta era que ya no estaba más interesado en él.

Tal vez era mejor así, Taehyung no quería ser el juguete de nadie.

Las cosas eran así, aunque él desease tanto que Jungkook regresase a él eso no pasaría, era obvio que la vida real no era un cuento de hadas donde todo era como uno quería.

Está dolido, claro que lo está, y seguramente puede reclamarle mil y un cosas a Jungkook, pero aún lo ama y si tan sólo pudiese...

Miró su vestimenta, aquel uniforme no era tan incomodo, pero de todas maneras se sentía extraño, Jungkook pocas veces le había visto de esa forma, tal vez no lo reconocería.

Al alzar la cabeza se encontró a lo lejos con la panadería, tan linda y cálida como la recordaba.

De forma sigilosa miró a todos lados en busca de alguna cara conocida, al no haber moros en la costa cruzó la calle hasta llegar al otro lado de esta.

El gran ventanal estaba a unos metros de él. Tomó la cinta de su mochila y la apretó, de forma sigilosa se fue acercando buscando a Jungkook dentro del lugar.

Su corazón comenzó a revolotear como loco, su respiración se agitó y aquel sentimiento de felicidad, euforia y nervios lo abordó.

Jungkook estaba ahí, detrás de la caja registradora mirando a la nada.

El castañito se recargó en la pared admirando a su ex pareja, como lo recordaba lucía tan guapo y-

Todo sucedió en segundos.

El panadero levantó la mirada encontrándose con la suya, ¿era idiota? Se supone que estaba bien escondido detrás de esa pared y apenas había asomado su cabecita.

Gingerbread Man //KookV//  |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora