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Jungkook apenas se alejó unos tres metros cuando su cabeza hizo un clic. Y es que fue algo así como un putazo en la cabeza o eso fue lo que sintió, a un lado de él cayó la mitad de una salchicha, pero ni se percató.

Y una mierda. No. Claro que no. Joder no. Sí era idiota y todo lo que quieran, pero no tan como para dejar ir así de fácil al amor de su vida. ¿Por quien lo juzgan?

Jungkook no se iría de la vida de Taehyung, no sin antes luchar por estar a su lado nuevamente.

Se volteó mirando a la pareja que se alejaba y con decisión emprendió su caminar hasta ellos, pasó a Jimin y al otro chico ignorándolos por completo, yendo detrás de esa farsa de pareja.

—¡Sí!— escuchó como el más alto de los dos vitoreaba y alzaba su puño con media salchicha envuelta en este.

—¿Qué te pasa?— preguntó Jimin codeando a Hoseok haciendo que la otra mitad de salchicha se te cayera también.

El mayor se encogió de hombros llevando toda su atención a lo que estaba por suceder. Esto era mejor que Televisa.

Por un momento Jungkook se sintió con fuerzas, hasta podía salir volando de ahí con Taehyung en brazos, pero esto no es una historia de superhéroes, él es sólo un simple panadero que va en busca del amor de su vida.

Y es que rayos, ¿cómo Taehyung podía estar con un vejestorio como ese? Si bien, él no era todo un adolescente en todo su esplendor, pero al menos no vestía aburridos trajes y parecía un señor. ¡Él estaba mucho más guapo que ese feo!

—¡TAEHYUNG!— gritó aún con el hilo en la garganta, tragó conteniéndose. Gritó con molestia, tristeza y dolor. Tal vez pudo ese gritote pudo espantar a más de uno, pero él en serio necesitaba tener a su bebé de vuelta en brazos.

El aludido quien iba caminando de regreso a donde se suponía se encontraban sentados sus amigos se petrificó al escuchar aquella voz, esa que amo escuchar por tantos días, esa que sería difícil de olvidar.

Fue como si el mismísimo satán estuviese detrás de él, porque en serio que se iba a desmayar en cualquier momento.

Inmediatamente se soltó de forma brusca del agarre de Minho quien volteó primero que él, encontrándose con el tipo que había entrado al baño.

¿Los habría visto? Se preguntó Taehyung llevando sus dedos a su boca, comenzando a morder sus uñas. Miles de pensamientos abordaron su cabecita y también miles de opciones para poder evitar aquel momento tan extraño.

¿Debía voltear? No. Haría como si no hubiese escuchado nada y saldría de ahí como si nada.

Sí, esa era la mejor opción. ¿Verdad?

Obvio no. Recórcholis, ¿qué haría ahora?

Con los labios temblorosos y sus piernas como gelatina se giró enfrentándose a un Jungkook quien caminaba decidido a él, pero luego se arrepintió y volvió a darle la espalda. Nonono. ¿Qué debía hacer?

Ayuda San Siwon y Santa Taeyeon. Iluminen a esta alm... ESPEREN.

¿Ese era su Jungkook?

Y volvió a voltear, pero esta vez a una velocidad impresionante.

Lo miró de pies a cabeza, su Jungkookie se veía tan guapísimo, ¿qué onda? ¿Pues que le había pasado?, ¿por qué alguien tan guapo podía verse incluso genial en ese aspecto?

Ay Jesús del huerto. Su corazón se iba a salir en ese instante. Y es que por diosito santo.

Jungkook. Se. Veía. Súper. Ultra. Mega. Dios. Griego. Hazme. Un. Hijo. Te. Perdono. Bebé. Casémonos. Ya.

Gingerbread Man //KookV//  |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora