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Taehyung y Jungkook caminaban con las manos entrelazadas, y el castaño se sentía como en un cuento de hadas donde todo es bonito y feliz, lo único que le atemorizaba un poco era la bruja mala de la historia, pero hasta el momento no había aparecido ninguna.

Omitiendo a las chicas que miraban a Jungkook como si fuese un bombón acaramelado fundido en chocolate, le molestaba ¿acaso no los veían tomados de la mano? Viró los ojos cuando otra vez más una chica se comió a su novio con la mirada.

Sí, su novio, aunque no lo fueran oficialmente Taehyung ya tenía planeado en secreto su boda y todo. Se casarían cuando el castaño cumpliera los veintiún años de edad, porqué en ese entonces Jungkook estaría apunto de cumplir los treinta años y ya estaría más viejo pero tenía las esperanzas de que siempre luciera así de joven y ardiente como ahora.

Luego se irían a su luna de miel a un pueblito y visitarían lugares magníficos y Jungkook le tomaría fotos todo el viaje con su cámara, después las guardaría en su álbum de fotos donde estarían las de su boda y las de cuando el haya pedido ser su novio.

Un año después adoptarían a su primer hijo, otros dos meses más tarde a otro, y así hasta llegar a los cuatro niños, porque Taehyung ama a los bebés y será un gran padre, lo presiente.

Y serán muy felices por siempre.

—¿Tae?— preguntó Jungkook moviéndolo con delicadeza del hombro.

—¿Sí...?— casi babeando de felicidad por recordar su plan de vida junto a la persona que ama estando con la persona que ama, lo emocionaba demasiado.

—¿Estás bien? Te fuiste por un segundo.— Jungkook rió divertido y acarició su mejilla con dulzura.

—¡E-estaba pensando en algo!— el tacto del mayor lo hizo estremecerse y ponerse nervioso, no sabía hasta cuando se acostumbraría a la cercanía de Jungkook, aunque bueno, está era apenas su primera cita de muchas.

—¿En que pensabas?

—En cuando nos casemos y cuantos hijos vamos a tener.— lo dijo de una forma tan natural que incluso llegó a pensar que eso lo había dicho en su cabeza y no a Jungkook y no se dio cuenta hasta que vio el rostro sorprendido del mayor. Abrió los ojos como platos y se tapó la boca rompiendo el agarre con la mano del castaño oscuro. —¡Yo no quise decir eso!— explicó rápidamente, pero se arrepintió al momento de ver la mirada de decepción del mayor. —¡Sí quise, pero no debí!— se inclinó varias veces disculpándose por lo que dijo.

Jungkook volvió a reír, mostrándole su hermosa sonrisa de conejito. Taehyung en serio no sabía cómo seguía vivo todavía y eso que aún no se viene lo bueno.

—Está bien.— era tan perfecto, lo decía de una forma tan varonil y eso le erizaba la piel al menor. —De todos modos llegaría el día en que debíamos hablar de eso, ¿no?

O sea que... ¿qué si lo está aceptando?

Ay Jesucristo de Nazaret y todos los cielos y los mares y todo. ¡Taehyung se iba a casar y a tener hijos!

¡Con el panadero!

Eso ameritaba una fiesta, pero después, porque ahora estaba disfrutando el momento con su esposo.

—¿Hablas enserio?— preguntó con su boquita abierta mirando al panadero con asombro.

—Claro que sí.— dijo Jungkook y se inclinó a su altura para besar su nariz tiernamente.

Las chicas que antes miraban a Jungkook con los ojos como corazones ahora sorprendidas miraban con envidia al castaño y él les sonrió de vuelta cuando el mayor no pudo verlo, sacándoles la lengua victorioso.

Gingerbread Man //KookV//  |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora