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Taehyung dejó su mochila a un lado de la silla, Minho estaba sentado frente a él mirándolo con una sonrisa.

Okay. Esto era raro, incluso para Taehyung, que raro le quedaba corto a su vida.

—Conozco a tus padres.— habló de repente sorprendiendo al castaño que le miró de inmediato boquiabierto. —Y a tu hermano y por ende a ti, los he visto en las reuniones de nuestros padres.

Bueno, al menos ya no debía preocuparse por aquel repentino interés de Minho.

—Oh... ¿entonces por eso se acercaste?— preguntó alzando una ceja.

—Así es, al principio no te reconocí, pero siempre es bueno acercarse a alguien cuando no se encuentra bien, más con un niño.

—Tengo diecisiete.— habló Taehyung cortándolo.

¿Por qué había tanta insistencia en que él era un niño?

Minho pareció sorprendido ante el comentario, se enderezó en su asiento jugando sus manos encima de la mesa.

—Pareces de catorce.— eso fue como un balde de agua fría cayendo en Taehyung, junto con el balde también, o sea, dos golpes en uno.

Sus mejillas se colocaron de un lindo carmesí mientras fruncía su ceño.

—Tu pareces de treinta y ocho, o sea un anciano.

—Tengo veintiséis, niño.— la molestia fue notoria, pero después se volvió burlesca. —¿Parezco con anciano para ti?

—Un poco nada más...

La mesera llegó después y ambos pidieron un helado de chocolate, Taehyung con doble bola porque había promoción.

[...]

—¿Te te gustaría pasar?— preguntó Taehyung al encontrarse fuera de su casa.

—En realidad no. Tu padre da miedo, ¿sabes?

¡Pero si su padre era a todo dar!

—Seguro...— Taehyung dudo pero no dijo nada más. —Podemos hacer pijamada entonces.— sonrió tan grande que Minho creyó que iba a quedar ciego por tanto brillo.

Y es que el niñito era tan tierno y agradable que en menos de una hora había congeniado tan bien con él hijo del honorable Kim Hyuk.

—¿Qué pensarán tus padres de que invites a dormir a un hombre casi diez años mayor que tú?

Minho sonrió ante la reacción del castañito.

Era tan transparente y lindo, que le estaba dando diabetes de tanta hermosura, alguien tan inocente no podía andar por cualquier lugar sin que algún tipo idiota se aprovechase de él.

—¿Quieres entrar a cenar? Podemos pedir pizza, unas papas y refresco, y vemos una película.

—Para la próxima será, ¿te parece?

¿Por qué Taehyung eran tan precioso? Minho sonrió enternecido y alzó la mano para chocarla con la de Taehyung, posteriormente chocaron su puño.

—Nos vemos, Tae.— dijo sonriente caminando hasta su automóvil.

—¡Adiós, hyung!— el lindo muñequito alzó la voz dando unos brinquitos mientras su nuevo amigo se alejaba.

¡Estaba tan feliz! Un nuevo nombre a su lista de amigos y aunque le hubiese gustado hacer pijamada con Minho él tenía razón, sus papis no le dejarían hacer pijamada con alguien tan grande.

Bufó cuando el vehículo desapareció a lo lejos y entró a su casa. Las luces estaban encendidas y eran pasadas las siete noche.

Taehyung no había visto a Minho más que como un simple amigo nuevo y ya, y viceversa, aunque eso claro que iba a cambiar. Porque el castañito era tan hermoso por dentro y por fuera que los sentimientos iban a ir creciendo.

Así posteriormente pasaron las siguientes tres semanas.

Taehyung decidió no volver a ir en busca de Jungkook, ya que su tiempo se consumió en estudio y posteriormente en Minho, con quien había estado saliendo dos o tres días cada semana.

Minho había heredado la empresa de su padre cuando apenas cumplió los veintiún años de edad, así que poco a poco fue entrando en el negocio. Taehyung conoció más acerca de él y Minho sobre él.

Aunque el menor de los Kim no quería aceptar que conocer a Minho había sido más un distractor de los recuerdos y el sentimiento por Jungkook, quien jodidamente no estaba más en su miserable vida.

Taehyung tenía que seguir adelante, tal vez podría enamorarse de Minho y...

Ni siquiera podía pensar en eso.

La mañana del primero de marzo las cosas cambiaron totalmente.

Ese día, con apenas un mes de haber conocido a Minho ellos habían decidido ir a un parque de diversiones.

Taehyung había cimentado unos días atrás que estaba ansioso por ir, entonces aquí están.

—¿A dónde deseas subirte primero?— preguntó el mayor con un helado en su mano.

Levaba puesto un bermudas y una camiseta blanca, con tal sólo unas sandalias. Taehyung también había decidido ir vestido algo primaveral, portando un bermudas junto con una camisa con el estampado de una ranita y acompañado de unas converse azules, iba detrás de Minho, mirando con emoción a todos lados.

—¡A la montaña rusa!

—Estaba esperando que dijeras eso.— lo tomó del brazo llevándolo hasta la atracción.

Así pasaron la mayor parte del día, de juego en juego, Taehyung vomitó dos veces después de bajar de un juego, ¡pero es que la pizza estaba tan buena que fue inevitable no atragantarse!

Cuando dieron las ocho y media de la noche mientras veían los fuegos artificiales Taehyung comentó; —Debo irme ya, mañana tengo una prueba y me gustaría repasar todo en cuanto antes.

Minho asintió y ambos caminaron de vuelta al vehículo.

—¿Te ha gustado?— preguntó mirando hacia el frente.

—Fue genial, deberían abrir el parque todos los días, no solo en fin de semana.

Llegaron a la casa de Tae unos veinte minutos después, el par salió del auto caminando hasta la entrada de la casa.

Minho sonreía nervioso mientras sus manos temblaban, Taehyung hablaba de algo muy emocionado, pero él estaba más concentrado en lo que estaba apunto de hacer.

—Entonces nos vemos esta semana, recuerda que el miércoles es la convención. ¿Pasarás por-

Fue un beso corto, apenas un rose en los labios, Taehyung apenas sintió aquellos labios encima de los suyos.

Y deseo que su corazón revoloteara, que su rostro se pusiera completamente rojo y en ese momento se desmayara de la emoción, pero no sintió nada... ni siquiera emoción.

Eso lo entristeció demasiado, y las lágrimas salieron sin aviso, por eso cuando se adentró rápidamente a la casa dejando a Minho sorprendido comenzó a llorar.

Porque sabía que lo que estaba haciendo estaba jodidamente mal. Estaba usando a su amigo, aquel que fue tan amable con él y no estaba bien, seguía amando tanto a Jungkook que ni siquiera el utilizar a alguien más lo quitaba de su mente.

Aquel beso fue sólo simplemente eso, un beso y nada más. Con Jungkook no había sido sólo eso, aquel roce fue el compartir un sentimiento mutuo, algo verdadero que ambos sentían, o al menos él, no esto.

Entonces entendió que aunque llegaran miles de hombres a su lado ninguno iba poder igualarse a su primer amor.

Nadie sería como Jungkook. Jamás.

Gingerbread Man //KookV//  |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora