Narra Edward
Noviembre
-No es tu culpa ser lo que eres. Tú no lo has elegido.-Si no la animaba yo, ¿quién lo iba a hacer?
-No te imaginas lo decepcionante que es verle llorar y suplicar que no lo hiciera.-dijo cerrando el libro y tirándolo con fuerza al suelo. Pero no demasiada, la justa para no hacer ningún estropicio.
Realizó la acción sin despegar las manos de su cabeza, es decir mentalmente.-Me dijo que nunca iba a dejar que nada nos separase, que él iba a estar de una forma u otra.-La mochila reposada a su lado comenzó a ser arrastrada por esa fuerza sobrenatural hasta acabar en el suelo. Dijera lo que dijera, le gustaba su don. Era obvio que lo usaba continuamente.
Una vez despejada la cama ella se tumbó y cerró los ojos.-Ally no puedes pensar tampoco en el sufrimiento de los demás si implica el tuyo. Entiendo que estés dolida porque sé lo que Jake significa para ti, y créeme sé lo que significas para él. Pero si era lo mejor nadie te puede decir lo contrario.
-Que Isac esté vivo lo cambia todo Edward, tú no lo entiendes, por mucho que yo quiera a ambos no voy a ser feliz con ninguno. Aunque me duela admitirlo, ellos no son para mí.- Me levanté del sillón y me acerqué a ella a sabiendas de que ella no quería que me fuera tan pronto, pero darle las buenas noches y salir por esa puerta era lo más acertado que iba a hacer en mucho tiempo.
-Ojalá pronto consigas ser feliz, ya que el daño que le causes no es problema tuyo.
En milésimas de segundos ella realizó el acto de ponerse de rodillas en la cama, rodear mi cintura aferrándome a ella y besarme, agarrando mi cuello con la otra mano. Era precisamente lo que quería evitar, y justo lo que pasó. Luchaba interiormente por alejarme de ella mientras que el ritmo de sus besos aumentaban, mis manos se reunieron inconscientemente en sus caderas y estaba adorando el simple hecho de poder besarla sin que nada en mí más que el deseo ardiera. Hacía decadas que aquello no me sucedía.
Era difícil reunir la fuerza suficiente para apartarme pero lo conseguí. No quería. A quién voy a engañar si realmente quería seguir besandola, pero esto no estaba bien.
-No te vayas por favor.-dijo a centímetros de mi boca cerrando los ojos en señal de súplica.-Te necesito.-Tras esas palabras se desmontaron interiormente cada una de mis extremidades. No debía ablandarme, pero lo estaba haciendo. Depositó otro beso en mis labios y perdí del todo la cordura.
-Te quiero.-dije sincero.
Sus labios volcaron en los míos y de un brusco movimiento me obligó a caer encima de ella. Sus piernas se aferraron a mí y sus manos agarraron mi camiseta con fuerza.
Edward, para.-me ordené.
-Ally... Para por favor.-Si ella no lo hacía no sé de qué manera podía yo frenarlo. Un último beso finalizó aquella guerra. Me miró a los ojos y deslizó sus pequeñas manos por mi pelo.
-Está bien.-dijo para concienciarse ella misma en no volver a besarme. Respentándome.
-Lo hago por tu bien.-me levanté de encima y ella después.
-Hasta mañana.-dijo quitándose la camiseta. Después se quitó el pantalón y se metió en la cama. Como el que no quiere la cosa se desnudó delante de mí sin importarle nada. Se acurrucó entre sábanas y almohadas y ahí se quedó quieta, inocente, con un gesto de pena.
-Ally, ¿sabes que no puedes dormir no?-Le recordé intentando romper el hielo.
-Pensar es igual de relajante. Y ahora si no te importa me gustaría que me dejaras sola.- Pidió todo lo educada que pudo.
Suspiré y me dirigí a la puerta, la miré aunque ella no lo iba a hacer. Cerró los ojos imaginándose que dormía y yo abrí la puerta.
-Te quiero, de verdad.-Escuché detrás de mí.
Aquel día empezó todo.
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Ayúdame. (Edward Cullen) Parte 2
FanfictionSEGUNDA TEMPORADA DE "MÍRAME A LOS OJOS" Tras la situación que acababamos de vivir Edward y yo ansiabamos conocer la historia pero parecía que nos tocaría esperar. Ambos estábamos asimilando los acontecimientos y sin encontrar respuesta correcta. Ha...