Llamémosla híbrida.

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A penas podía salir de casa sin que mi hermano, Carlisle, o Edward estuvieran al tanto y exceptuando los ratos diarios que pasaba con Jacob siempre era el centro de mira en la casa. Vigilada día sí y día también. Acababa cansando pero entendía que era por mi propio bien así que decidí aguantar todo lo posible.

En cuanto a las transformaciones no volvieron a ocurrir ni a tener síntomas, las agujas partían en lugar de atravesar mi piel y hasta el momento todo continuaba como antes de saber que dentro de lo antinatural, era doblemente antinatural.

Un día, lluvioso, algo totalmente natural en Forks, Jake llegó a casa en moto demasiado rápido, con ansia y desesperación, se podía escuchar su ritmo cardíaco a cincuenta metros, y el bombear de sus sangre me aseguraba que se encontraba alterado. Algo le había hecho enfadar mucho y ese algo, nunca me gusta. Jacob no es un chico fácil de enfadar, o tal vez sí pero jamás vendría corriendo hacia mí en ese estado si no fuera por algo más serio que una simple rabieta.
Nada más entrar tiró su chaqueta en un rincón de la entrada con cierta rabia y se dirigió a mí a grandes zancadas a abrazarme. Sentía que en su interior algo iba a explotar, y me figuraba que sería en llanto. Mis brazos le rodearon y él me aferró a él como si supiera que alguien me arrebataría en segundos de sus brazos.

-Eh, eh, eh, Jake, ¿qué ocurre?

Se despegó de mí para mirarme a los ojos y vi que los suyos querían soltar las lágrimas que él intentaba reprimir. Sus brazos seguían alrededor de mi cintura y su agarre permanecía en el mismo nivel de fuerza.

-Nadie te hará daño. Ni nada. Tú serás eterna, vivirás más de lo que yo pueda vivir mientras siga siendo lo que soy, más que toda mi manada y más que todos los que hay en esta casa ¿Está claro?
-Bueno, esperó al menos no morir en soledad, porque me has dejado sola en un momento.-dije pretendiendo sacarle una sonrisa, pero no lo conseguí, mi sentido del humor siempre había sido pésimo.
-Hablo enserio Ally.-dijo haciendo una mueca.
-¿Podrías explicarme algo? -pregunté con una gran duda que cada vez se hacía más y más grande, como una bola de nieve cuesta abajo.
-Si los demás lo escuchan...-pensó en terminar la frase pero no lo hizo.
-¿Es privado?
-Depende, ¿está Carlisle en casa?
-Sí, ¿por qué?
-Porque en una casa llena de oídos hace falta una mente cuerda para que no se desate la ira con cinco vampiros.
-¿Tan mala es esa noticia?- su corazón volvió a golpear dentro de su pecho y me puso nerviosa ya que eso era señal de que era muy malo.
-Sam y la manada cree que eres peligrosa, para humanos, lobos y cualquier especie... que algo así tendría que ser... destruido.
A Jacob a penas le dio tiempo a pronunciar la última palabra cuando Jasper se encontró a mi lado, o mejor dicho, delante de mí, dándome la espalda, cubriéndome con los brazos y casi gruñéndole a Jacob. Él se asustó dada la rapidez del rubio, pero también lo esperaba,y ya entendía porqué pedía la presencia de Carlisle. Era el único capaz de dejar a Jacob y toda la manada de una pieza, o mejor dicho sin encontronazos indeseados.

-¿Estás de broma, chucho apestoso?-su amenaza fue clara y concisa nada más sacarle los dientes pero añadió aquello por si quedaba duda.
-Yo he venido corriendo a avisar y a proteger a Ally. Ni comparto, ni compartiré esa opinión con ellos nunca. Yo sé igual que tú que es incapaz de hacerle daño a nadie sea un lobo, un vampiro o en este caso ambas.
-Llamémosla híbrida.-Dijo Edward llegando a la entrada a un paso humano y descuidado. -Jasper, no te pongas a la defensiva, aquí sabemos todos que Jacob no puede hacerle daño desde el primer día.-obvió refiriéndose a la imprimación.
-Exacto.-dijo él ahora con cierto tono de chulería.
-Pues no sé porqué permaneces ahí de pie esperando algo que no quieres que ocurra como puede ser que vaya a arrancarles la cabeza a toda la manada en lugar de ir y convencerles de que de ninguna forma eso podría ocurrir.
-Ella tenía que estar al tanto, al igual que tú.-Jacob le echó una mala mirada por falta de consideración teniendo en cuenta que venía en total son de paz.- puede que seamos enemigos naturales pero tienes que aceptar que tu hermana ahora también es como yo y deberías entender que lo mejor para ella es que yo permanezca a su lado. A mí también me cuesta soportar que sepan todo lo que pienso en todo momento, a mí también me produce odio y rabia el manteneros cerca, pero por ella no me importa lo más mínimo. A ti también te tendría que importar más ella que el que yo pertenezca a su vida ahora.

Ayúdame. (Edward Cullen) Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora