Mi prioridad.

83 6 1
                                    

Narra Ally

Marzo

-Chicos, creo que será mejor que habléis a solas.-sugirió Carlisle quién anteriormente rodeaba la cintura de su mujer.

Me quedé quieta durante unos segundos que me parecieron eternos, intentando asimilar aún lo que acababa de pasar y entendiendo que era por ello por lo que Edward había rechazado mi invitación de bajar a ver quién era.

Él sabía que era Isac. Y por eso había hecho ese gesto de disgusto de negar con la cabeza agachada. Un sentimiento esperanzado me recorrió devolviéndome a la escena que acababa de vivir en el salón principal.

-Sí, será lo mejor. Isac ven.-ordené.

Salí de la casa y me senté en las escaleras de la entrada, él me imitó.

-No te haces una idea de lo mucho que te he echado de menos estos años. Ha sido un infierno estar con gente cuerda.-dijo sonriendo pero sin mirarme. En un tono tranquilo, como el que él solía usar siempre conmigo. Pocas veces habíamos discutido, muy pocas veces habíamos tenido encontronazos, ambos teníamos tan buena conexión que aquello sucedía una vez cada década. Literal.

Ojalá yo pudiera decir lo mismo.-Y seguramente tú tampoco te imaginas lo mal que lo he pasado pensando que no vendrías nunca. Aunque bueno, ya puedo estar tranquila.

-¿Estás con él, no? ¿Con el ex de Bella?-Su tono seguía siendo el mismo, aquella pregunta no eran ni celos, ni decepción, él no era así. Pero se movió algo dentro de mí y acordándome de los últimos días con Edward caí en la cuenta de que estaría arriba pensando en qué estará pasando aquí.

-No Isac. No estoy con él.

-¿Me dejas...?

-No sé si de verdad quieres...-dije sabiendo que lo que me pedía era echarle una ojeada a todo lo que había vivido sin él.

-Ally, sabes que no me gusta enfadarme, y mucho menos contigo, además no tengo ningún derecho. Nada de lo que vea hará que pierda los papeles de ninguna de las maneras y tú lo sabes.

-Adelante entonces.- Como le iba a negar aquello al amor de mi vida.

Ni si quiera hizo por mirarme. Simplemente cerró los ojos, supongo que para controlar emociones que pudiera sentir dentro de mis recuerdos. La extraña situación que estaba viviendo en ese momento me consumía, era una mezcla de sentimientos, de tristeza, alegría, ira, pena... Nunca en la vida había pensado que sentiría algo por otra persona que no fuera él, que experimentaría tantas cosas diferentes y que él no estaría a mi lado. Y era difícil de asumir. Pero aquí estaba, mostrándole como me había vuelto a enamorar de alguien que no pretendía aceptarme. Seguramente tras esto tendría miles de dudas y de preguntas.

A los pocos minutos abrió los ojos y me sonrió, mirándome con tristeza.

-Lo siento muchísimo por haberte hecho tanto daño, sabes que yo nunca he querido eso y si te soy sincero, cuando me apartaron de ti sólo deseé que fueras feliz. No podría enfadarme nunca por las personas que han sabido hacerlo.

Notaba como mi corazón luchaba por latir, e informarme del dolor que sentía pero la capa de veneno que lo rodeaba se lo impedía.

-Yo estoy atrapado ahora, y sólo quiero lo mejor para ti.-se encogió de hombros.-Siempre has sido mi prioridad y siempre lo serás. Mi prometida, el amor de mi eterna vida y no cabe ni que decir que nunca nadie te podría suplantar. Yo no puedo enseñarte mis recuerdos, pero no ha existido día alguno en el que no te haya pensado te lo puedo asegurar.

Ayúdame. (Edward Cullen) Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora