Jodidamente sexy.

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Narra Ally

Noviembre

Le pedí las llaves y flojeó la expresión pero me las dio sin problema, yo sonreí, cosa que al parecer le dio algo de inseguridad.

Me dirigí a la puerta del conductor sonriendo y abrí el coche, aparté mi pelo dejándolo caer completamente por mi espalda y me subí. Mi sonrisa le estaba causando terror, mientras arrancaba el coche él se subía con pavor. Conduje hasta casa y dejé el Volvo en la puerta. Me bajé dejando mi chaqueta en los asientos traseros y luciendo mi camiseta de tirantes, a mí todo me daba mas calor de la necesaria para ser un vampiro.

-¿Qué ocurre? Llevas todo el camino con cara de muerto.- Reí ante mi pésimo chiste y él soltó una risa floja. -¿No no confías en mí?

-¿Puedes decirme en qué piensas?-Se acababa de bajar del coche a la misma vez que yo y había cerrado la puerta quedándose en una postura sexy con los brazos apoyados en la parte de arriba del coche.

-Estoy cansada de lo mismo de siempre, muy cansada. ¿Vamos a cazar un ratito?

Él sonrió.- Está bien.

Sin pensarlo me dirigí hacia el bosque y él me siguió. Tras unas horas de caza y risas se le ocurrió la maravillosa idea de volver a casa sin prisa si así podía constar en mi plan.

-¿Ir andando?-Pregunté.

-Si no hay prisa, ¿por qué no?

-Está bien.-Acepté aunque no terminaba de entenderlo. Con solo volver a abrir la boca me quedó completamente claro.

-¿Hablamos entonces?-Estaba clarisimo que él no iba a proponerme eso sin ningún fin. Él quería solucionar y entender el porqué de mi reacción

-Vale, te dedicaré este ratito hoy, dime.

-Entiendo que para ti no fuera solo sexo, para mí tampoco. Y quería pedirte disculpas, pero no me puedo lanzar al fuego y volver a quemarme en la hoguera.

-Es tu decisión, aunque espero que a mí manera cambie. Es que no tengo intención de engañarte, sería engañarme a mí y tengo mas que claro que no te puedo sacar de mi cabeza.

El silencio y su cara lo dijeron todo. No esperaba aquella respuesta por mi parte, desde luego que no.

-Ahora, ponte guapo.-Dije una vez llegamos a casa. ¿Más? ¿Pretendes morir Ally? Le pedí a mi subconsciente silencio ya que Edward acababa de reír al escucharme.

-Bueno... Y ¿para qué?

-Deja ya las preguntitas. Te he dicho que el camino a casa seria tu ratito. Puede que no te vayan mucho este tipo de cosas pero al menos hoy es lo que hay.

Entré y los busqué a todos uno a uno pidiéndoles que se vistieran para ir a la ciudad. También llamé a Lisa y se lo dije. Puede que aquella no fuera la mejor idea, pero tenía que intentarlo al menos.

-¿A dónde vamos?-preguntó Rosalie.

-A ser humanos.-me subí al Volvo de Edward y él se subió en el lado del copiloto. Los otros iban detrás en sus coches y a Lisa le dije que la recogía para ir.

-Vas jodidamente sexy.-me digné a decir.

Edward sonrió con lo que parecía ser vergüenza y me pareció aún más sexy.
Llevaba unos vaqueros que le quedaban muy bien, con una camisa de las que él se suele poner y una chaqueta de cuero.

Dejé el coche en una plaza de aparcamiento cercana al establecimiento. Las preguntas me llovían de camino a la puerta. No era mi estilo pero Rosalie se habia empeñado en vestirme de su barbie para donde quería que fuésemos. Y realmente no lo esperaba, pero unos pantalones encerados y unos tacones me hicieron sentir totalmente preciosa y segura de mí misma aquella noche. Mi pelo brillaba más de lo normal, mis labios rojos resaltaban todas las facciones de mi cara y un top negro que dejaba ver parte de mi abdomen contrastaba mi piel blanca como la nieve. Me sentía demasiado bien.

Ayúdame. (Edward Cullen) Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora