Narra Ally
Marzo
-¿Qué puedo hacer para que no les pase nada?
-Unirte. Pero ya sabes que no te dejaré.
-Y yo no puedo dejar que les pase nada Isac.
-Lo sé, y te entiendo, pero ya lo sabes, eres mi prioridad y ya veo que la suya también.
-¿Lo dices por Edward?
Asintió.-Se preocupa por ti. Estarás bien aquí.
-¿Por qué no te quedas Isac?
-No puedo.
-Edward dice que los Vulturis no retienen a nadie.
-O eso es lo que quieren hacer pensar, para que los dones más fuertes se unan a ellos pensando que son libres pero tienen mucho poder, y no es así.
-¿Por qué a todos les gusta mi don menos a mí? Hasta a una familia real vampírica
-Porque no lo necesitas. Eres humanamente perfecta.
Él estaba sentado en mi sillón y yo en la cama pero a pesar de los metros de distancia no despegaba su mirada de la mía.
Mis dedos jugaban con un oso de peluche que Edward me regaló cuando estaba mal. Decía que ya que me gustaban tanto los animales, los tendría aunque no pudieran ser reales. Y la verdad me gustó demasiado ese detalle.
-Ojalá fuera verdad.
-Una capa de veneno no dicta lo que eres. O al menos lo que tu corazón siente que eres. Eres la persona más humana que he conocido nunca.
-No cambias eh...-dije reprimiendo una sonrisa tonta.
-Contigo no. Jamás podría.
-¿Echas de menos nuestra vida en Londres?
-Mucho.-admitió.-¿Y tú?
-A veces.
La noche pasó demasiado rápido, dejandome con ganas de más, más tiempo para reírnos de las innumerables veces que hice el ridículo delante de sus compañeros de empresa, para hablar de las innumerables veces que hablamos cómo sería tener hijos y las muchas otras que dedicábamos nuestros días a asomarnos por la ventana y hacer de todo, cómo por ejemplo yo recogía discretamente la basura del suelo y la acercaba a las papeleras o cosas por el estilo y él me contaba los problemas y preocupaciones de cada uno que pasaba y de qué haría en sus cabezas para arreglarlos. Puede que no pareciera lo más divertido del mundo, pero para nosotros lo era.
-Tengo que irme pequeña.
-¿Ya?
-Ally, es de día.
-Mierda, es verdad.
Él rió ante mi notable despiste.
-No te vayas...-supliqué aferrándome aún más a él.
No seguíamos en las mismas posiciones que antes, estábamos acostados en mi cama y abrazados, pero sin más.
-Yo también te echaré mucho de menos.-dijo levantándose.
-Oye, ¿me avisarás cuando los Vulturis vengan a por nosotros?
Negó con la cabeza.-No vendrán.
-¿Por qué?
-Ya Inventaré algo, tú tranquila, nadie te hará daño.
-No quiero que te vayas.
-Ally tampoco puedes pretender que me quiera quedar viendo cómo estás con él.
-Lo siento.
-¿Te disculpas por quererle?-volvió a reír.-Una preciosa y enorme casa, con una familia que te quiere y apoya incondicionalmente, todos los caprichos que quieras. Estudios, coches, ropa, libros... Ésta es tu vida, no la mía.
Lo peor de la situación es que él la veía así, tan magnífica y estupenda, pero para mí no era así. Para mí mi vida en Londres con él era lo mejor que pudo pasarme, y aunque no me arrepiento de nada, de nadie y sobre todo de tener a mi hermano, volvería a mi antigua vida. A pesar de Edward, de Jacob, de mi nueva familia y de Jasper, volvería. Sin múltiples lujos y caprhichos, él, yo y una eterna vida.
-Te acompaño a abajo.-dije cabizbaja volviendo a la situación.
Ambos bajamos y al parecer no había mucha gente en la casa.
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Ayúdame. (Edward Cullen) Parte 2
FanfictionSEGUNDA TEMPORADA DE "MÍRAME A LOS OJOS" Tras la situación que acababamos de vivir Edward y yo ansiabamos conocer la historia pero parecía que nos tocaría esperar. Ambos estábamos asimilando los acontecimientos y sin encontrar respuesta correcta. Ha...