Ayúdame. (Edward Cullen) Parte 2

Irritante.

Narra Edward

Noviembre

La chica estaba resentida con lo que le hice, así que se atrevió a pedirle a Alice que ocupara su lugar en mi coche y ella iría con los demás.

En clase ni si quiera pensaba en nada que estuviera relacionado conmigo. A penas se daba cuenta de que estaba a su lado. Al salir de clases también se fue con los demás.

Su inmadura actitud ya me estaba empezando a resultar irritante cuando días después seguía repitiendo la rutina de evitarme.

Tampoco sabía cómo actuar ya que cuando rechacé a Bella no se lo tomó de esa forma.

Edward, ¿Cuántas veces te vas a tener que repetir que ella no es Bella?

-Se acabó.-dije llamando su atención.-Sube a mi coche, necesito hablar contigo.

No aceptó, pero tampoco se negó, hizo lo que le pedí. Todos tenían una expresión confusa cuando vieron a Ally subir a mi coche, excepto la de Jasper. Era como siempre diferente. Tornaba más a rabia.

Los demás salieron del garaje en el coche de Emmett pero yo no.

-Al parecer este es el único sitio en el que nos entendemos por lo qué hasta que no hablemos no iré al instituto.-Ella me miró mal. Realmente mal.

-¿De verdad eres capaz de ponerte así por sexo?- Esperaba ansioso una respuesta coherente y ya que no la obtuve pasé a la segunda opción. Pero bloqueó su mente para que no se la leyera.

-Bueno, la semana que viene es el examen de biología y supongo que querrás asistir a las últimas clases ya que este tema es algo complicado.

-Chantajista.-se dignó a decir.

-¿Enserio eres capaz de dejar de hablarme y hacer como si no existiera por sexo Ally?

-No.

-Vale. Entonces explicamelo, por favor.

-Eso mismo es el problema. Para ti es sólo sexo.-dijo bajando del coche y dando un portazo.

-¿Dónde vas? No hemos terminado de hablar.

-Yo sí.-dijo sin llegar a mirarme.

Llegó en muy poco tiempo al instituto a pié. Pero no a paso de humano. Lo que me dijo me hizo tener en que pensar durante la aburrida clase de economía en la que no estábamos juntos. La observé desde los ojos de otros alumnos. Era sin duda, muy buena en gimnasia.

Y aún mejor en biología, su clase favorita. Y también la mía ya que nos sentábamos al lado.

Otro día más el timbre anunciaba el fin de clases y cuando llegué al aparcamiento ella estaba allí esperándome.

-Si quieres perdón ahora se harán las cosas a mi manera. Ya estoy cansada de hablar sobre lo que es bueno o malo para mí. Si realmente me quieres y quieres que te perdone se hará como yo quiera.

Dudé pero acepté.