Rosalie es yo.

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Narra Edward

Marzo

Su cabeza revolcaba distintas teorías principalmente por el hecho de que no se lo dijeran.

-¿Por qué?

-Bueno en realidad, obviamente no son nada, pero hacen como que son gemelos y Esme es su tía. Supuestamente su madre murió en un accidente, pero no... No el tipo de accidente que...-no sabía como explicar que no tenía nada que ver con lo que le pasó realmente a sus padres sin hacerle daño. Así que ella me ahorró las palabras.

-No el tipo de accidente en el que un vampiro mata a sus propios padres. Vale, te pillo. Murieron en un accidente y se quedaron con su tía, ¿No?

-Sí.

-Vale, ¿y vosotros entonces?

-Emmett, Alice y yo sí somos Cullen ya que nos adoptaron por separado y cuándo ambos ya estaban casados. Aunque esa es la historia que cuenta nuestra familia. No la auténtica.

-¿Y por qué yo no he podido ser cualquier Hale? No sé... Hija de Esme y vivía con mi padre biológico o algo...

-Era más enrevesado. Además Esme aparenta demasiada juventud como para ser madre realmente.

-¿Quién decidió eso?

-Creo que nadie, se dio por hecho.

-Rosalie es yo, básicamente.

-Algo así.

-Que suerte tiene...

-Ally tú eres su verdadera hermana, no tiene más suerte que tú. Yo era hijo único pero siempre me agradó la idea de tener una hermana pequeña o un hermano de mi edad más o menos.

-¿Crees que Jasper me quiere más que a Rosalie? Por más que yo sea su hermana biológica eso no quita que ella haya pasado medio siglo conviviendo con ella.

-Se tienen mucho afecto el uno por el otro y me costaría imaginarlos separados pero también veo mi muerte en los ojos de Jasper cada vez que hago algo que te afecta así que supongo que movería alguna que otra montaña más que por Rosalie para hacerte feliz.

-Me alegra saber que piensas eso. Tú lo conoces más que yo.

Negué entre risas.-¿No te basta con llevar el mismo ADN en la sangre?

-¿Qué sangre?-dije con poca ilusión.

-Eh, estás congelada, no destripada.

Bajé del coche imitándola una vez en el aparcamiento del instituto.

-¿Me prometes algo sencillo?-pregunté con curiosidad.

-¿El qué?-dijo ella con casi la misma curiosidad mientras se ponía su abrigo color verde oscuro.

-No estés triste.-Pedí, y me pareció algo sencillo de cumplir.

Ayúdame. (Edward Cullen) Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora